“La corrupción está presente en todos los
países: ricos y pobres, del norte y del sur, desarrollados y en vía de
desarrollo", dijo el lunes el Secretario General António Guterres al Consejo de
Seguridad en una reunión sobre la lucha contra la corrupción en
aras de la paz y la seguridad internacional.
Los más pobres y
vulnerables son afectados desproporcionadamente por este flagelo. El Secretario
General de la ONU hizo un llamado a los líderes mundiales para que cultiven una
cultura de integridad y fortalecer las instituciones nacionales contra la
corrupción.
"Los
números muestran el sorprendente alcance de este problema", dijo el lunes
el titular de la ONU, citando que el Foro Económico Mundial estima que la
corrupción cuesta al menos 2,6 billones de dólares o el 5% del producto interno
bruto mundial.
Según
el Banco Mundial, las empresas y las personas pagan más de un billón en
sobornos cada año.
Guterres
explicó que la corrupción:
- Roba escuelas, hospitales y otros fondos
que son vitales.
- Destruye las instituciones mientras que
los funcionarios se enriquecen o ignoran la criminalidad.
- Priva a las personas de sus derechos y
ahuyenta la inversión extranjera además de dañar el medio ambiente.
- Fomenta la falta de credibilidad en el
gobierno y la gobernabilidad, así como la disfunción política y la
desunión social.
- Puede ser un desencadenante de conflictos.
- Tiene su caldo de cultivo en el colapso de
las instituciones políticas y sociales.
"Los
pobres y vulnerables sufren desproporcionadamente", enfatizó. "Y la
impunidad agrava el problema", dijo.
Guterres relacionó la corrupción con muchas
formas de inestabilidad y violencia, como el tráfico ilícito de armas, drogas y
personas, y señaló que las conexiones entre corrupción, terrorismo y extremismo
violento han sido reconocidas repetidamente por el Consejo de Seguridad y la Asamblea
General.
"Encuestas
de corrupción a gran escala realizadas por la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito encontraron
que el soborno de funcionarios públicos fue particularmente alto en áreas
afectadas por conflictos", dijo, agregando que, en tiempos de guerra, la
corrupción puede ser especialmente devastadora ya que puede afectar las
necesidades básicas y exacerbar el hambre y la pobreza.
"Es
especialmente importante aumentar la capacidad de las comisiones nacionales
anticorrupción y los esfuerzos para enjuiciarla", dijo al Consejo, alentando
a los gobiernos a garantizar sistemas judiciales independientes, así como la
libertad de los medios y la protección de los denunciantes.
Guterres
pidió a la comunidad internacional trabajar eficazmente contra el lavado de
dinero, la evasión de impuestos y los flujos financieros ilícitos "que han
privado a los países de recursos muy necesarios" y que alimentan aún más
la corrupción.
El
titular de la ONU además reiteró algunas de las formas en que la Organización
puede ayudar a los Estados Miembros a "compartir buenas prácticas y apoyar
los esfuerzos para fortalecer las instituciones nacionales contra la
corrupción".
Guterres
reconoció que las personas en todo el mundo continúan expresando su indignación
por los líderes corruptos, señalando cuán profundamente arraigado este problema
en las sociedades. "Están haciendo un llamado correcto para que las
instituciones políticas operen con transparencia y responsabilidad, o abran
paso a quienes lo hagan", dijo y exhortó a los líderes mundiales a
escuchar y cultivar una cultura de integridad, y a empoderar a los
ciudadanos para que participen en esa cultura.
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