A más de nueve meses desde el inicio de las medidas para prevenir el
contagio del coronavirus hay una tendencia que se mantiene: la cantidad de llamados que recibe la Línea 144,
que asesora y contiene de manera confidencial y gratuita a mujeres víctimas de
violencia de género, sigue mostrando un
incremento preocupante.
Entre enero y octubre recibieron la misma cantidad de
llamadas que en todo el 2019 mientras que en el período de aislamiento y
distanciamiento social por COVID-19, el aumento fue del 53 por ciento.
La Dirección General de la Mujer del
Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño es la dependencia que
registra los llamados referidos a distintos tipos de violencia de género en el
período de pandemia. Las cifras que manejan aterran: el
44% de los llamados fueron por violencia psicológica, el 27% por violencia
física, el 12% por violencia económica y patrimonial, el 13% por violencia
simbólica y el 5% por violencia sexual.
Del otro lado del teléfono: el relato de una
operadora de la Línea 144
La línea telefónica gratuita que asiste a
mujeres, niñas, niños y adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires y deriva a los
servicios de la Dirección General de la Mujer es atendida
por 36 operadoras especializadas durante las 24 horas los 365 días del año.
Para garantizar la atención gratuita y
confidencial, y cumplir con el distanciamiento físico de los trabajadores y
trabajadoras, se realizó un sistema de
enrute de la línea
Emilia, operadora social desde 2014, trabaja en la Dirección
General de la Mujer desde hace casi 10 años. Al hablar sobre su labor cotidiana
asegura que “la intención es que la mujer no
se sienta sola, que sepa que hay un operador a disposición, una escucha
permanente las 24 horas ante cualquier situación y que la vamos a acompañar en
lo que necesite”, afirmó.
Las Unidades Convivenciales tienen por objetivo brindar
alojamiento y atención integral a mujeres y sus hijas e hijos, sin red de
contención, que hayan atravesado situaciones de violencia doméstica y/o sexual. También
les ofrecen vestimenta, alimentación, acompañamiento individual y grupal a
mujeres, niñas y niños alojados, asesoramiento y patrocinio jurídico gratuito,
asistencia psicológica a través de los Centros Integrales de la Mujer (CIM),
actividades recreativas, articulación con los sistemas de salud y educación
para la atención de las personas alojadas.
Los dispositivos de alojamiento son las
dos Casas de Medio Camino “Margarita Barrientos” y “Juana Manso” y el Hogar
para mujeres adolescentes “Eva Duarte”. También los dispositivos de Resguardo
ante Situaciones de Alto Riesgo como el Refugio “Mariquita Sánchez” y el
Refugio para mujeres víctimas de trata “Tita Merello”.
Durante el período de ASPO, abrieron un
espacio de resguardo para casos de bajo riesgo en el Club Nueva Chicago, en
Mataderos. Allí se alojaron 10 mujeres y 23 niños/as.
El programa brinda información, orientación, contención, asesoramiento y
tratamiento psicológico grupal en situaciones de violencia masculina
intrafamiliar.
Durante el período
del ASPO se brindaron 1699 prestaciones, hubo 108 admisiones, 42 entrevistas de
orientación y participaron más de 200 varones dentro de los grupos de
asistencia todos los meses.
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