El Negro Fontova y soledad Silveira Los dos pasaron
sus primeros años en el barrio San
Nicolás, en la ciudad de Buenos Aires. “Yo vivía en Talcahuano 638, frente a
Plaza Lavalle y el Teatro Colón, con mi madre, mi abuela y mi hermano, y el
segundo marido de mi mamá, hasta que murió. Ir a jugar a la plaza era lo que
más me gustaba. Iba con la barra de amigos y amigas, y entre ellos estaba
Horacio el Negro Fontova.
Siempre me acuerdo de él”, dijo Solita.
La actriz, que se encuentra pasando la cuarentena en la
casa de su hijo con sus nietas se mostró dolida por la muerte
de su colega. “Me lo dijo mi hijo esta
mañana, acá estoy para recordarlo”, dijo y agregó que tenía “hermosos
recuerdos de Plaza Lavalle”.
“Nos juntábamos, yo era un poco más chiquita que él
(cinco años menos)”, comenzó y lo describió como “el
cabecilla total” del grupo: “Siempre fue un atorrante maravilloso, era el que
nos mandaba a todos, dividía las tres plazas, quien iba a una, quién iba a
otra, hermosos recuerdos, un gran tipo”.
Por aquellos años ella lo sentía como un “referente” por “su
liderazgo, calidad de persona y por esa cosa tan popular, era un pibe bien
popular, era hermoso”. Solita, que por esos años ya llevaba
dicho apodo debido a una canción que a ella le gustaba poner en el Winco que se
llamaba “Solita y Sola” lo describió como un “hermano mayor” y explicó: “Eso
idealizándolo, ¿no? porque tal vez el vínculo no fue tan profundo pero para mí
era... ¡era el Negro!”.
Aunque eran muy chicos en la época en la que se
juntaban a jugar en Plaza Lavalle, Horacio ya
era un “histriónico total”, es que evidentemente, artista como era él no se
hace, se nace.
El Negro,
como lo llamaban desde chico, falleció esta mañana en el Sanatorio Finochietto,
donde estaba internado desde hacía un tiempo. Se hizo conocido por su trabajo
como actor y como cantante, siempre con un toque de humor, aunque también se
desempeñó como dibujante y escritor.
Uno de sus trabajos más
recordados fue en Peor es Nada, donde interpretó, entre otros, al recordado
personaje de Sonia Braghuetti, una empleada que acosaba a los
entrevistados de Jorge Guinzburg. Su trabajo en aquel ciclo humorístico lo hizo
merecedor de dos premios Martín Fierro,
el primero como Revelación y el segundo como Mejor Actor Cómico.
Hace un tiempo se
lamentó la falta de programas de ese tipo: “Lamentablemente, las cosas han cambiado para
mal. Fijate vos que ya no existen más programas como el que
hacíamos con el petiso querido Guinzburg, como el que hacía Olmedo, o La
tuerca, o los uruguayos Telecataplum. Me parece que es una cuestión de
inversiones: hoy todo se reduce a la tarasca y a la transa. Pintó así la cosa,
y ha cambiado mucho”.
"No te voy a hablar de revolucionario, pero hacíamos lo que más nos gustaba: un humor
bastante libre -rememoró sobre los tiempos de Peor
es Nada-. No existían las contraposiciones, la política no estaba tan
ahí en la palma de la mano como ahora, que todo se reduce a eso. Eran tiempos
un poco más calmados y felices. Ahora está todo muy convulsionado. Jorge era mi hermano, mi gran amigo, lástima que
se fue muy temprano”, dijo.
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