sábado, 29 de mayo de 2021

El Vaticano pone en circulación nuevas series de sellos postales de curso legal-

 

El Estado de la Ciudad del Vaticano ha puesto en circulación desde este martes 25 de mayo una nueva serie filatélica con sellos conmemorativos del Año Ignaciano, el VIII Centenario del Camino de San Antonio de Padua, Jardines Vaticanos, el V centenario del nacimiento del Papa Sixto V, el 50 aniversario de la Asociación de los Santos Pedro y Pablo y del 50 aniversario del Aula Pablo VI.



La serie de sellos de curso legal del Vaticano sobre el Año Ignaciano, diseñados por el pintor español Raúl Berzosa, quiere conmemorar las celebraciones del jubileo, iniciado el 20 de mayo, que recuerda los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola.

El fundador de la Compañía de Jesús recibió una grave herida en la pierna cuando participaba en la defensa de la ciudad de Pamplona el 20 de mayo de 1521 sitiada por tropas francesas. Entonces, San Ignacio era un joven perteneciente a la nobleza que, con el nombre de Íñigo López de Loyola, participaba como soldado en la guerra por el control del reino de Navarra.

En su convalecencia, San Ignacio se encomendó a San Pedro. Una vez que mejoraron sus condiciones, experimentó una conversión y una transformación de vida que le llevó, una vez recuperado, a iniciar una peregrinación a Jerusalén

La segunda serie filatélica está dedicada a los 800 años del naufragio de San Antonio de Padua frente a las costas de Sicilia, lo que propició su encuentro con San Francisco de Asís.

                                                        Sello postal del Vaticano 2018

El entonces Fernando Martins de Bulhões había decidido partir a Marruecos para seguir el ejemplo de cinco misioneros franciscanos italianos que encontraron el martirio en el norte de África.

Sin embargo, nada más llegar, el futuro San Antonio enfermó por lo que debió regresar a Portugal, viaje que no llegó a completar, pues en la primavera de 1221 un temporal afectó a la embarcación que lo transportaba.

Recaló entonces en Sicilia, donde fue acogido en Messina por los frailes. Recuperado de su enfermedad, recorrió gran parte de Italia hasta la localidad de Asís, donde se encontró con San Francisco.

 

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