En el marco de un ciclo de cuatro encuentros
brindados por el INTA La Consulta –Mendoza–, cerca de 100 agricultores de la
Unión de Trabajadores de la Tierra y el Movimiento Nacional Campesino Indígena
“Somos Tierra” recibieron información para la producción de semillas hortícolas
de polinización abierta. Una alternativa para disminuir los costos e incentivar
la producción propia de semillas.
En
la región de Cuyo, una zona privilegiada para la obtención de semilla hortícola
de calidad, el INTA tiene una historia de trabajo y generación de conocimiento:
hace mejoramiento genético hortícola, investigación en producción, servicio de
procesamiento y análisis de calidad de semillas. Por esto, el INTA y de la
Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) organizaron el ciclo de capacitación
en producción de semillas hortícolas. Los encuentros contaron con el apoyo del
Mercado Central de Buenos Aires, mediante su presidente Nahuel Levaggi.
Así,
durante cuatro encuentros virtuales, un especialista del INTA La Consulta
–Mendoza– capacitó a un centenar de pequeños productores de todo el país en las
alternativas de producción de semillas hortícolas. Participaron agricultores de
la Unión de Trabajadores de la Tierra y el Movimiento Nacional Campesino
Indígena “Somos Tierra”. El contenido de las charlas virtuales abarcó desde
caracterización de la semilla hortícola y variantes de producción, hasta
aspectos de calidad comercializable y registro de variedades, entre otros
aspectos.
“En
la Argentina, la semilla que predomina –de muchas especies hortícolas– es
híbrida”, expresó Julio Gaviola, especialista en producción de semillas del
INTA La Consulta y quien estuvo a cargo de los contenidos del curso virtual.
“Poco
a poco se ha ido dejando de lado la práctica de multiplicar variedades de
polinización abierta”, indicó Gaviola y agregó: “La fuerte presencia de las
empresas semilleras ha determinado este escenario. El problema para los
productores, sobre todo los pequeños, radica en lo costosas que resultan esas
semillas importadas”.
“La
ventaja de hacer semilla propia más allá de lo económico, es resguardar la
genética nacional, tradicional. En Argentina la semilla hortícola es mayormente
importada. La agricultura familiar e indígena busca abastecerse y preservar las
variedades nacionales del INTA o sus propios materiales, criollos y nativos”,
subrayó Gaviola.
Según
cifras de la Federación Internacional de Semillas, en 2017 se importó semilla
hortícola por U$S
“Para
la agricultura familiar es un problema mantener las variedades criollas o
nativas de especies como maíz o zapallo, que se van perdiendo como consecuencia
de la entrada de los híbridos”, señaló Gaviola y agregó: “Poder conservar esas
variedades de polinización abierta y tener semillas de bajo costo fue uno de
los temas tratados en la capacitación, que surgió con la idea de incentivar la
producción propia de semilla para autoconsumo y también para vender”.
Durante
el encuentro participaron pequeñas productoras y productores de 16 provincias
del país. Tal como señaló Maritsa Puma, integrante del Consultorio Técnico
Popular de la Secretaría de Producción de la Unión de Trabajadores de la Tierra
y productora hortícola en La Plata, “la demanda de capacitación surgió de la
UTT e invitamos a que participaran compañeros del Movimiento Nacional Campesino
Indígena Somos Tierra”.
“Muchos
de los casi 100 agricultores que participaron de los encuentros virtuales
producen hortalizas en los cinturones hortícolas de las grandes ciudades o
crían animales y producen granos para alimentarlos”, expresó Puma y aseguró:
“Estamos en búsqueda de alternativas para dejar de depender de la compra de
semillas híbridas. En Misiones, por ejemplo, tenemos compañeros que tienen una
cooperativa, donde producen y venden semillas de hortalizas, aromáticas y
árboles nativos, pero son casos aislados”.
Por
su parte, Francisco De Macedo, productor de tomate para industria de Cruz del
Eje, Córdoba, señaló: “Me resulta muy interesante porque nos da muchas
herramientas que aportan a nuestro eje como organización que es poder tener un
producto 100 % agroecológico; nos ayuda a hacer esa transición, ya que estamos
en ese camino. Lo que aprendimos en estos encuentros es útil para nuestras
unidades productivas porque nos muestra una manera de abastecernos y ser
autónomos. Creo que es súper importante rescatar todo lo que tiene que ver con
la reproducción y la preservación de la semilla, sobre todo las semillas
criollas, que son las que han sido cuidadas ancestralmente por nuestras abuelas
y abuelos”.
“A
futuro, la intención es organizar capacitaciones más puntuales sobre la
producción de semillas por especie. También, desde la UTT y el MNCI, quieren
trabajar con el INTA, para probar en fincas de productores, con manejo
agroecológico, las variedades hortícolas generadas por este organismo y lograr,
así, semilla propia”, expresó Puma quien adelantó que se harán ensayos “en zona
norte y sur de Buenos Aires; se probarán en zonas con producción de temporada,
por ejemplo, tomate en Corrientes y en Jujuy o cebolla en el sur de Buenos
Aires”.
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