lunes, 21 de junio de 2021

Llego la PEDRA, una potente y asesina droga para los pobre de Brasil.

 

Una nueva droga, el oxi (pedra) está creando pánico en Brasil. En poco tiempo, la nueva piedra, que se parece al crack pero que es mucho más letal y cuatro veces más barata, se ha extendido por medio país. Está ya en uso en todos los Estados de la región norte, en Goiania, en Mato Grosso do Sul, en Brasilia, en algunos Estados del noreste y ha llegado hasta Sao Paulo.



Las autoridades sanitarias y la opinión pública están asustadas. El crack, seis veces más fuerte que la cocaína, es ya un problema que preocupa al país que cuenta con más de 600.000 drogadictos y fue uno de los temas más debatidos y polémicos en la última campaña presidencial.

El oxi es tan fuerte que quien lo usa diariamente "no vive más de un año", afirma Álvaro Ramos, presidente de la ONG Reducción de Daños del Estado de Acre, desde donde el oxi, llegado de Bolivia y Perú, se ha extendido enseguida a otros Estados. Según él, las personas que usan oxi "pasan días enteros sin comer ni dormir y acaban en estado degradante". Afirma que tenían conocimiento de la existencia de esa droga, pero que ningún estudio científico la comprobaba.

Los que usan la nueva droga, afirman que el crack y la cocaína es de "principiantes", que "basta un centímetro de piedra para que la persona ya no pare de tomarla el día entero". El oxi es una mezcla libre con base de cocaína, gasolina o diesel, cal virgen, acetona, permanganato de potasio y líquido extraído de las baterías eléctricas. Se fuma en pipa o en una lata cualquiera. Los que la consumen afirman que "bastan veinte segundos para sentirse en éxtasis y que a los cinco minutos ya estás con ganas de usarla de nuevo".

Es una droga que ya nació popular entre los pobres de la zona amazónica pero que se ha extendido a la clase media de las ciudades. Las personas acaban degradadas, vagando por las calles de noche, sin poder ni hablar y pueden estar varios meses sin parar de usar la piedra blanca que asusta a las familias. Todos los entrevistados, algunos en proceso de desintoxicación, 

 

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