La palabra poder es un de las más empleadas en diferentes ámbitos de la sociedad y a menudo con diferentes significados. Proviene del verbo latino potere, cuyo origen se encuentra en la expresión pote est (“puede ser” o “es posible”), de donde viene nuestro verbo hispano poder, o sea, ser capaz de algo. De modo que, en principio, el sustantivo poder es la capacidad de algo o alguien de hacer otra cosa posible.
De este modo, tener poder, comúnmente, significa tener la
capacidad de hacer que determinadas cosas ocurran. Los poderosos (o sea, los
que tienen poder) son quienes hacen posibles las cosas, quienes determinan si
algo ocurre o no. Ello implica tener las capacidades necesarias para ello, sean
del tipo que sean: sociales, legales, militares, económicas, etc.
En
nuestras sociedades, la idea de poder está asociada también a la de autoridad.
De hecho, llamamos “autoridades” a quienes, mediante diversas instituciones sociales
y políticas, otorgamos (idealmente) el poder o la conducción de nuestras
sociedades, para que en nombre de todos se tomen las decisiones más complejas.
Pero
el poder también puede ser arrebatado por determinados sectores sociales, o
puesto al servicio de intereses egoístas. Quizá por eso el filósofo y jurista
alemán Max Weber (1864-1920), definió el poder como la “probabilidad de
imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aun contra toda
resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad”.
Muchas ciencias sociales se
dedican al estudio del poder o de sus mecanismos dentro de la sociedad, tales
como la sociología,
la politología o el derecho. Cada una de ellas lo comprende a su
manera y propone sus herramientas de análisis.
Poder político
El
poder político es, dicho en términos fáciles, el poder que la polis, o
sea, el
poder que el pueblo delega en el Estado para que tome en
su nombre las decisiones más difíciles respecto a la conducción de la sociedad.
Es el poder que las instituciones públicas administran, es decir, el poder público.
Como tal, se organiza en tres poderes diferentes e independientes, según la tradición republicana:
- El poder ejecutivo. También
llamado gobierno,
que es electo en las democracias por el voto popular y
administrado por un jefe de estado (usualmente un Presidente o Primer
Ministro, pero también puede ser un Rey o algo así), y por su gabinete de
ministros y gobernadores y alcaldes. Se ocupa de la conducción política
del Estado, es decir, de la toma de
decisiones respecto a cómo distribuir sus recursos y hacia
dónde dirigir la sociedad.
- El poder legislativo. Que reside en
el Parlamento o la Asamblea Legislativa, dentro de la cual tienen
representación los distintos partidos políticos de una nación, en
diferentes proporciones de acuerdo a la votación popular que los eligió, y
que se ocupan de dar el debate político respecto a las leyes y
a la administración de presupuestos, o la aprobación de poderes
especiales para el ejecutivo, por mencionar algunas funciones. Son un
organismo de control, que limita al ejecutivo mediante las leyes, y que
puede estar compuesto por una o dos cámaras de debate (diputados y
senadores).
El poder judicial. Encargado de la interpretación de las leyes en el marco
de las normas de la Constitución nacional, y de ejercer las sanciones o
reparaciones necesarias para garantizar la justicia y la paz social en la comunidad. Se compone por una estructura jerárquica de tribunales, a
la cabeza del cual está usualmente el Tribunal Supremo. Los miembros de este
poder no son electos por sufragio, sino designados por los otros dos poderes en
consenso.
El poder militar o poderío militar
es la fortaleza y la potencia de las fuerzas armadas de un país,
esto es, la suma de las fuerzas de su ejército, su armada y su aviación,
consideradas desde un punto de vista estrictamente bélico: quién ganaría un
conflicto armado o quién llevaría las de perder.
Desde
muy temprano, las naciones dependieron de sus ejércitos para defender sus
recursos o sostener sus fronteras. Aún hoy las potencias militares ocupan un
lugar de importancia dentro del orden mundial, pudiendo imponer ciertos
términos a las naciones más débiles, a pesar de que a la guerra, por lo general, se acude como
un último recurso.
En
ese sentido, una potencia militar es una nación cuyas fuerzas armadas son poderosas,
modernas y/o se encuentran bien entrenadas y actualizadas.
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