jueves, 19 de agosto de 2021

Cambio climático: METANO, el poderoso gas que cada vez tiene mayor impacto en el aumento de temperaturas.

 

Uno de los datos más sorprendentes del reciente informe de la ONU sobre el cambio climático fue el elevado protagonismo del metano como responsable del aumento de las temperaturas.

Por lo tanto, una campaña agresiva para cortar las emisiones de metano podrían darle al mundo un tiempo adicional para enfrentar el cambio climático, dicen los expertos.



El informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sugiere que entre el 30 y el 50% del incremento en las temperaturas se debe a este gas, poderoso pero de corta vida.

Las mayores fuentes de metano incluyen la agricultura y también filtraciones de campos de explotación de petróleo y gas, así como de vertederos.

Por décadas, los mayores esfuerzos para enfrentar el calentamiento global han estado enfocados en limitar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) derivadas de actividades humanas como la generación de energía o la deforestación.

Esto se ha basado en buena evidencia científica, ya que el CO2 ha sido el responsable de cerca del 70% del aumento en el calentamiento global que ha tenido lugar desde la revolución industrial.

El metano (CH4), en cambio, no ha recibido esta atención.

Esto puede estar cambiando, ya que a comienzos de este año un importante estudio de las Naciones Unidas ha subrayado su impacto ambiental.



Ahora, como lo indica gráficamente el informe del IPCC, la influencia del metano se ha calculado en un añadido de medio grado centígrado al calentamiento del planeta.

Fuentes de metano

Entonces, ¿de dónde viene todo este gas?

Cerca del 40% del metano se origina en fuentes naturales como los humedales, pero la mayor cantidad proviene de una serie de actividades humanas.

"Es una combinación de orígenes, desde la agricultura -incluyendo ganado y cultivo de arroz- hasta otra fuente importante de metano que son los botaderos de basura", dice el profesor Peter Thorne, uno de los científicos del IPCC, de la Universidad Maynooth en Irlanda.

Una de las fuentes principales proviene de la producción, el transporte y el uso de gas natural, que está mal llamado y debería ser nombrado como gas fósil", añade.

Desde 2008 se ha registrado un aumento considerable en emisiones de metano que los investigadores vinculan con el boom del fracking, el método de explotación de petróleo que se dio en partes de Estados Unidos.

En 2019, los niveles de metano en la atmósfera alcanzaron niveles récord, cerca de dos veces y medio más de lo que había en la era preindustrial.

Lo que preocupa a los científicos es que el metano es un factor contundente al momento de hablar de calentamiento climático. En un período de 100 años calienta entre 28 y 34 veces más que el CO2.

Sin embargo, un aspecto positivo del CH4 es que no dura tanto en el aire como el CO2.

"Si uno emite una tonelada de metano hoy, en una década esperaría que solo media tonelada permanezca en la atmósfera y en dos décadas, un cuarto de tonelada", dice el profesor Thorne y agrega:

"Así que -básicamente- si logramos detener nuestras emisiones de metano, para el final del siglo su presencia debería regresar a los niveles naturales, los que había allá por 1750".

En un corto plazo, los expertos creen que si las emisiones de metano se cortaran en un 40% a 45% en la próxima década, se podría limitar en 0,3 grados el aumento de la temperatura para 2040.

En un mundo donde cada fracción de grado cuenta, eso implica potencialmente una enorme diferencia en este esfuerzo por evitar que la temperatura global suba más de 1,5 grados centígrados.

El ganado

Lo que entusiasma a muchos investigadores es la creencia de que una serie de acciones relativamente simples pueden rápidamente ayudar a limitar la producción de metano.

"Es relativamente barato terminar con algunas de sus fuentes", dice el profesor Euan Nisbet, del Royal Holloway Universidad de Londres.

"En particular, hablamos de filtraciones en la industria del gas, que ahora son mucho más fáciles de detectar que hace 10 o 20 años, ya que los instrumentos para detectarlas son mucho mejores".

"Algunas acciones podemos tomarlas muy rápido: en los trópicos se puede poner tierra encima de estos enormes vertederos urbanos y también se puede hacer mucho para detener los incendios de los desechos de cultivos", añade.

Estas medidas rápidas sí funcionan. En Estados Unidos, los esfuerzos por recoger gas en basureros cortó las emisiones de metano en un 40% entre 1990 y 2016.

 

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