La Vainilla que hoy usamos en
Alimentación y Perfumes tiene una historia fascinante que empieza en la Costa
del Golfo de México, en los alrededores del pueblo de Papantla, unos
Los
Aromas proceden del fruto de la planta, que se parece a la Vaina de las porotos
Verdes o habas aunque más pequeñas; de ahí su nombre: Vainilla. El cultivo de ésta planta no es nada sencillo. La
Planta no empieza a dar frutos hasta los siete años, sus flores aparecen tan
solo en un periodo de seis semanas al año, y solo duran un día.
A
continuación hay que “curarlas”, que consiste en ponerlas sobre una tela de
Lana y dejarlas por el día al sol y por la noche envolverlas, meterlas en el
interior y dejar “que suden”. Eso dura dos Semanas. A continuación se secan
durante cuatro meses, y para acabar se procede manualmente a Alisarlas y
Tasajearlas, lo que produce unas vainas marrones que valen su peso en Plata.
El intento fracasó pues la Planta necesita un
entorno Tropical difícil de conseguir.
Fué
en 1806 cuando se logró que creciera en un invernadero de Londres. Pero no daba
frutos. Nadie sabía por qué.
En
1836, en el jardín botánico de Lieja, François Antoin Morren descubrió que la
Polinización se hacia por insectos, que habían convulsionado con la planta y
que solo vivían en esa parte de Mexico; una Abeja sociable y sin aguijón”Melipone“.
Aunque
no lo menciona Morren, otras Abejas , y también los Colibríes también actual
como polarizadores. Como en Europa no había ni esas Abejas ni Colibríes; no
había polinización.
Corren
ese mismo año logró la Polinización artificial, por un método muy complicado,
demasiado para poderse usar de modo industrial. México siguió siendo el
Monopolio de la Vainilla durante varios años.
En 1841 en la Isla de la Reunión,
un chaval de doce años, esclavo, de nombre Edmond, descubrió como politizar con
un palito y una presión de sus dedos. El método se extendió y la producción de
Vainilla precio exponencialmente.
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