miércoles, 3 de noviembre de 2021

ASMA INFANTIL, enfermedad para tener mucho cuidado-

 

En el asma infantil, los pulmones y las vías respiratorias se inflaman fácilmente al estar expuestos a ciertos desencadenantes, como inhalar polen o tener un resfriado u otra infección respiratoria. El asma infantil puede causar molestos síntomas diarios que interfieren con los juegos, la práctica de deportes, la escuela y el sueño del niño. En algunos niños, el asma no controlada puede causar peligrosos ataques de asma.



El asma infantil no es una enfermedad diferente al asma en los adultos, pero los niños enfrentan desafíos especiales. Esta afección es una de las principales causas de visitas al departamento de emergencia, hospitalizaciones y ausencia de la escuela.

Desafortunadamente, el asma infantil no se puede curar y los síntomas pueden continuar hasta la edad adulta. Pero, con el tratamiento adecuado, tú y tu hijo pueden controlar los síntomas y evitar el daño a los pulmones en crecimiento.

Síntomas:



Los signos y los síntomas frecuentes del asma infantil incluyen:

·                     Tos frecuente que empeora cuando tu hijo tiene una infección viral, se produce mientras tu hijo está dormido o se desencadena por ejercicio o aire frío

·                     Un silbido o una sibilancia al espirar

·                     Dificultad para respirar

·                     Congestión u opresión torácica

El asma infantil también podría causar lo siguiente:

·                     Problemas para dormir causados por dificultad para respirar, tos o silbido

·                     Episodios de tos o silbido que empeoran con un resfrío o una gripe

·                     Recuperación lenta de una infección respiratoria o bronquitis posterior a ella

·                     Problemas para respirar que dificultan jugar o ejercitarse

·                     Cansancio, que puede ser debido a dormir mal

Los signos y los síntomas del asma varían de un niño a otro y pueden empeorar o mejorar con el paso del tiempo. Tu hijo podría tener solo un indicio, como tos persistente o congestión en el pecho.

Cuándo consultar con el médico:





Lleva a tu hijo a un médico si sospechas que podría tener asma. El tratamiento precoz ayudará a controlar los síntomas y posiblemente a evitar ataques de asma.

Pide una consulta con el médico de tu hijo si observas:

·                     Tos constante, intermitente o que pareciera estar relacionada con la actividad física

·                     Sibilancia o silbido cuando tu hijo respira

·                     Dificultad para respirar o respiración rápida

·                     Quejas por opresión en el pecho

·                     Episodios repetidos de posible bronquitis o neumonía

Si tu hijo tiene asma, puede decir cosas como: "Mi pecho se siente raro" o "Estoy siempre tosiendo". Escucha la tos, que podría no despertar a tu hijo, cuando se duerme. El llanto, la risa, los gritos o las reacciones emocionales fuertes y el estrés también podrían desencadenar tos o silbido al respirar.

Causas

No se entiende por completo cuáles son las causas del asma infantil. Algunos factores que se consideran involucrados incluyen:

·                     Tendencia heredada a desarrollar alergias

·                     Padres con asma

·                     Algunos tipos de infecciones en las vías respiratorias ocurridas a muy corta edad

·                     Exposición a factores ambientales, como el humo del cigarrillo u otros contaminantes del aire

La mayor sensibilidad del sistema inmunitario produce inflamación de los pulmones y las vías respiratorias y produce mucosidad al estar expuesto a ciertos desencadenantes. La reacción a los desencadenantes puede retrasarse, lo que dificulta su identificación. Los desencadenantes varían de un niño a otro y pueden incluir:

·                     Infecciones virales, como un resfrío común

·                     Exposición a contaminantes del aire, como el humo del tabaco

·                     Alergias a los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas, el polen o el moho

·                     Actividad física

·                     Cambios climáticos o aire frío

Fuente: Mayo Clinic.

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