Un grupo de investigadores ha publicado un ensayo en el que
pide que se acabe con unas prácticas aún experimentales y que están lideradas
por nuestro país.
La noticia llegó a todo el mundo en octubre de
2018. Investigadores españoles habían conseguido criar pulpos en piscifactorías tras
60 años de ensayo. El logro convertía nuestro país en líder en
estas investigaciones que varios centros llevan
décadas desarrollando. Pero este éxito no ha gustado a todos
los expertos, y es que muchos avisan del peligro tanto ambiental como ético que
puede provocar esta práctica.
Eso es
lo que al menos denuncia un grupo de científicos, psicólogos y filósofos que
acaban de publicar un
ensayo en el que piden a gobiernos y empresas que cejen en su empeño que convertir los pulpos en ganado. En el texto, explican que los resultados podrían
ser fatales para los cefalópodos, que podrían ver cómo su especie es más frágil
y pierde ciertas capacidades, pero también para el resto del planeta. Son
animales carnívoros que necesitan una gran cantidad de alimento y su
sostenibilidad aumentaría de lleno la escasez de pescado que ya existe en este
momento.
Los expertos admiten que esta idea es una respuesta
ante la creciente demanda de pulpo como producto alimenticio que se está dando
a nivel global, pero aseguran que esta conversión del animal en ganado afectaría de forma clave al medio ambiente, pues su
industrialización no solo no aliviaría la presión sobre los animales acuáticos
silvestres sino que la aumentaría. "Tales esfuerzos [los de desarrollar
las granjas] están ocurriendo a pesar del hecho de que el cultivo de pulpos
tiene las mismas consecuencias ambientales que otros tipos de acuicultura
carnívora. La cría de pulpos aumentaría, no aliviaría, la presión sobre los
animales acuáticos silvestres", explican en el texto.
"Los
pulpos tienen una tasa de conversión de alimentos de al menos 3:1, lo que
significa que el peso del alimento necesario para sostenerlos es
aproximadamente tres veces el peso del animal. Dado el agotado estado de la pesca mundial y los desafíos de proporcionar una nutrición
adecuada a una población humana en crecimiento, el aumento de la cría de
especies carnívoras como el pulpo va en contra del objetivo de mejorar la
seguridad alimentaria mundial", apuntan.
La mirada a España es clara, ya que en el documento ponen nuestro país como líder en el camino hacia la
creación de granjas de Octopus vulgaris y hablan del Instituto Español de
Oceanografía de Vigo como la institución que ha llevado a cabo la mayor parte
de las investigaciones publicadas sobre el cultivo de pulpos. Eso sí, también
ponen otros casos como Grecia, Portugal, México o China, donde también se pelea
por conseguir lograr la cría en cautividad de estos animales.
Por último, este grupo
de investigadores lanza una reflexión sobre la inteligencia de estas especies y
cómo se podría garantizar su bienestar en este tipo de granjas que se están
desarrollando. Según los expertos, "más allá de su salud y seguridad
biológica básica, es probable que los pulpos
deseen altos niveles de estimulación cognitiva, así como
oportunidades para explorar, manipular y controlar su entorno. Los sistemas
agrícolas intensivos son inevitablemente hostiles a estos atributos".
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