UN POCO de HISTORIA: Corre el año 1841,
y Enrique Beschtedt ha comenzado a planear para su propiedad en Luján un
proyecto más que ambicioso. Ese terreno de ombúes y sauces a la vera del
río ofrece la oportunidad perfecta para alojar lo que se convertirá en una
pieza arquitectónica única: un castillo neogótico que remite a escenas de otras
tierras.
Breschtedt
cuenta con la ayuda de dos talentosos artistas
belgas: Ernesto Moreau, uno de los ocho arquitectos que
trabajaron en la Basílica de Luján, y el paisajista Augusto
Flamant, quien cubre el terreno con una gran variedad de
árboles de especies autóctona.
A medida que las principales obras se van
completando, Enrique se instala en él con su única hija, Irene. Al castillo lo llaman “San Enrique”, y es allí mismo
también que Irene se casa con el Dr. Domingo Fernández, con quien tendrá
numerosos hijos: Elina Lucía, José Salvador, Alberto Manuel, Adolfo María,
Manuel José María Flavio, Enrique, Alfonso Rodrigo, Enriqueta Matilde y Maria
Inés.
Desafortunadamente,
en 1913 los Fernández Beschtedt deben desprenderse de “San Enrique”,
dándole a una nueva familia la oportunidad de habitar el fantástico
castillo.
El castillo pasa entonces a manos de Doña Matilde Golpe Brañas, nacida en 1855 y viuda del
escribano y cónsul de la Argentina Manuel Naveira.
Entre
las propiedades de Naveira figuran 159 haciendas y más de
Doña
Matilde decide cambiar el nombre del castillo a “San José”,
patrono de su hijo José Roque (“Pepe”) Naveira. Años mas tarde, y entusiasmado con el arte gótico, Pepe contrata nuevamente a Ernesto
Moreau para continuar la ampliación de la residencia.
La casa y el parque continuaron creciendo, y es
gracias al esfuerzo de la familia que hoy pueden encontrarse en la propiedad
árboles de más de cien años.
En
1922, Pepe Naveira se casó con Elina Fernández Beschtedt, hija de Enrique y
quien había nacido en el mismo castillo 25 años antes. Sus hijos pasaron a
llevar entonces los dos apellidos que habían sido parte de la historia de la
propiedad: Naveira Fernández Beschtedt.
Aunque
el castillo ha permanecido cerrado al público por casi 150 años, recientemente
han comenzado a hacerse visitas guiadas por el interior.
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