El mayor ciervo de
Sudamérica, que desapareció en la región hace casi cien años, es un herbívoro
clave de los humedales y su reintroducción potenciará las actividades de
turismo de naturaleza que ya se están desarrollando en la provincia.
Brisa y Alfonso son la
primera pareja de ciervo de los pantanos que arribó al Parque Nacional El
Impenetrable, Chaco, para reintroducir
la especie mediante el rewilding gracias a los esfuerzos del Gobierno
provincial, la Administración de Parques Nacionales y Fundación Rewilding
Argentina. Además, en breve se sumarán más individuos para reconstruir las
poblaciones del mayor ciervo de Sudamérica en el Chaco Seco, de donde
desapareció hace unos cien años.
Los primeros
exploradores que navegaron la cuenca alta y media del río Bermejo buscando una
vía fluvial que uniera al noroeste de Argentina con Buenos Aires observaron a
este animal repetidas veces, al que describieron como abundante. Sin embargo la
caza deportiva desmedida y la destrucción de los ambientes que habitaba
provocaron su desaparición
de esta región a comienzos del siglo XX.
“La
reintroducción del ciervo de los pantanos al Parque Nacional El Impenetrable es
el resultado de las decisiones y acciones colectivas que comenzaron en
2011 para crear esta área protegida y que continúan definiendo el perfil de la
región”, comentó Ariel Ybarra, Presidente del Instituto de
Turismo de Chaco. “El turismo de naturaleza es la herramienta para la conservación que
propone un cambio de paradigma en nuestra matriz productiva motorizando
economías locales, promoviendo el arraigo y fortaleciendo nuestra identidad y
orgullo por el Chaco, su fauna viva y su monte en pie. Hoy el ciervo puede
volver de donde nunca debió desaparecer porque su casa es más segura”, agregó Ybarra.
El ciervo de los
pantanos se distribuía por la mayor parte de la cuenca de los ríos Paraná y
Uruguay, mayormente en
ambientes húmedos. Principalmente la caza y también el avance de la
frontera agropecuaria y las enfermedades importadas por el ganado provocaron su
extinción en la mayor parte de este territorio, subsistiendo sólo en el Delta
del Paraná, Esteros del Iberá y zonas cercanas y el extremo este de las
provincias Chaco y Formosa.
Las acciones de
conservación, en especial en el Parque Iberá, Corrientes, hicieron que las
poblaciones de este ciervo aumenten considerablemente: se estima que al menos diez mil ejemplares
viven en el gran humedal correntino. Esto generó la posibilidad de mover
individuos para repoblar zonas donde la especie desapareció, como Brisa y
Alfonso, quienes provienen de Iberá.
El ciervo de los pantanos no solo
contribuirá a recuperar la integridad del
Chaco Seco sino que además promoverá el desarrollo local,
contribuyendo a la economía de las comunidades de parajes como La Armonía,
Fortín Arenales y Nueva Población, quienes ya se están capacitando para
realizar actividades de turismo de naturaleza basadas en la observación de
fauna.
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