jueves, 13 de enero de 2022

“La Argentina forma parte de un grupo muy selecto”, en referencia a las pocas naciones que tienen su propio satélite. Son unos 10 países de 193 que componen la tierra.

 

El matemático y comunicador Adrián Paenza señaló que se trata de un gran logro para el país, ya que “la Argentina va a formar parte de un grupo muy selecto”, en referencia a las pocas naciones que tienen su propio satélite.



Los satélites geoestacionarios son los más complejos de hacer, puesto que deben rotar al mismo ritmo que la Tierra (por lo que parecen fijos en el espacio), y se encuentran alejados de la Tierra.

En las etapas de la evolución de la capacidad satelital de un país, algunos especialistas establecen que el primer paso es tener una agencia espacial nacional. Luego, tener satélites en la órbita baja terrestre, seguido por satélites en la órbita geoestacionaria y terminar el proceso con la capacidad de lanzamiento. La Argentina estaría en el tercer paso.



El ArSat 1 fue diseñado e integrado en la Argentina, es algo que pocos países hoy pueden hacer”, señaló Alan Kharsansky, ingeniero electrónico de Satellogic, empresa dedicada al desarrollo satelital. Los otros que tienen esta capacidad incluyen a los Estados Unidos, China, Israel, Japón, India, Rusia y la Unión Europea, donde en general los programas son entre varios países.

En estos lugares operan empresas como Boeing, Lockheed Martin y Space Systema/Loral (EE.UU.), Alcatel Alenia Space y EADS Astrium (Europa) que dominan buena parte del mercado de este tipo de satélites, señala Ryan Zelnio, experto en políticas espaciales y analista del mercado.



También existen compañías más pequeñas que participan en el sector, como Orbital Space Sciences (EE.UU.), Israeli Aircraft Industries, Mitsubishi Electronics Company (Japón), Energia (Rusia), y la Academia China de Espacio y Tecnología. Y hay otros países, como Irán, que están desarrollando sus propios programas.

Con este lanzamiento, la Argentina ocupa uno de los puestos que tiene asignados en la órbita geoestacionaria, que al ser finita se regula para que no haya problemas entre los satélites de distintos países.

Esta regulación está a cargo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo dependiente de las Naciones Unidas. La empresa estatal a cargo del satélite, ArSat, fue creada por ley en 2006 y se le otorgó el uso de la posición orbital 81º de Longitud Oeste donde se ubicará a partir de hoy.

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