lunes, 14 de febrero de 2022

¿Qué es el impuesto a la vivienda ociosa: El secretario de Comercio hizo referencia a esa posibilidad para tratar de incrementar la oferta. Cómo es la experiencia en Ámsterdam, Berlín y España

 

“El propietario no obtiene del alquiler la renta que podría tener por el capital que compromete, y el ingreso medio no permite retribuir la renta que el propietario espera”, dijo el funcionario en diálogo con C5N.



No se trata de un tema nuevo. El año pasado, en medio de las discusiones en torno a la ley de alquileres y a la escasez de oferta de casas y departamentos, un posible impuesto a la vivienda ociosa surgió tanto desde sectores del oficialismo como desde la oposición. El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, planteó implementar un impuesto como una de las posibles soluciones a los incrementos de los precios de los alquileres de viviendas y Horacio Rodríguez Larreta recogió el guante y se mostró a favor, aunque reconoció las dificultades para llevarlo adelante. Pero, más allá de las voces a favor y en contra, el primer problema que se plantea es desde su significado. ¿Cómo se diferencia una vivienda ociosa de una vivienda vacía?



En la Ciudad de Buenos Aires, según el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) publicado en 2019, se considera vivienda vacía como “aquellos inmuebles de tipo residencial que registran un consumo eléctrico anual inferior al mínimo indispensable considerado para su uso permanente”. Es decir, aquellas propiedades que registren un consumo menor a 50 kilovatio/hora por mes.

Según un informe de la Mesa de Estudio de Viviendas Vacías de la Ciudad -que tomó información provista por el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad) sobre los niveles de consumo en el período 2017-2018-, determinó una tasa de vacancia del 9,2% de los usuarios residenciales (138.328).

En tanto, la mayor cantidad de viviendas vacías bajo este criterio se concentró en el corredor norte, con foco en la comunas 1, que abarca a Puerto Madero y Retiro, donde el promedio trepa al 13,3%; la Comuna 2, de Recoleta, con 10%; y la Comuna 14, de Palermo.

Por su parte, las zonas con menos cantidad de viviendas vacantes son la Comuna 8 -que comprende los barrios de los barrios de Villa SoldatiVilla Riachuelo y Villa Lugano- y la Comuna 4 integrada por La BocaBarracasParque Patricios Nueva Pompeya. Otro de los problemas que se plantea es determinar cuáles son las políticas que pueden aplicarse para reducir la cantidad de viviendas que no se utilizan y lograr volcarlas al mercado de alquileres.

Según el informe presentado por el IVC, hay distintas maneras para cuantificar la existencia de viviendas vacías. En la mayoría de los casos se utiliza el censo o requisa gubernamental para indagar sobre el estado de las propiedades. Otros tipos de indicadores, ya mencionado, es el consumo eléctrico del inmueble.

Respecto a qué medidas toman para hacer frente a la problemática, las políticas elegidas son muy diferentes: van desde incentivos a los propietarios a castigos impositivos. Y, en los casos más extremos, se da lugar a la expropiación y la demolición de los inmuebles.

Desde la Cámara Inmobiliaria Argentina, coinciden en la dificultad de delimitar las viviendas vacías, aunque no coinciden en el término “ociosas”. “Nosotros hablamos de vivienda vacía, no consideramos que sea detectable como una variable ociosa. Pueden estar bajo esa jerarquía propiedades que están en alquiler temporario o que se utilizan para un traslado familiar de un estudiante, que están en mal estado y no aptas para alquiler, que están en sucesión. Hay múltiples variables así como dueños y razones para que estén vacías”, explicó el presidente de la CIA (Cámara Inmobiliaria Argentina), Alejandro Benazzar, a LA NACION.

 

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