La
recogida, división y análisis adecuados de datos recogidos por gobiernos, ONGs
y otros puede mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de desarrollo
para aquellas personas en sociedades que a menudo son ignoradas a la hora de
recopilar datos. Para este fin, Derechos Humanos de las Naciones Unidas
apela a una revolución en la recogida de datos.
«Nos encontramos en el
medio de una revolución en la recogida de datos que podría mejorar de forma
radical la forma en la que usamos los datos para comprender mejor las
cuestiones y riesgos en materia de derechos humanos, evaluar los avances,
supervisar los derechos humanos, pedir responsabilidades a gobiernos, empresas
y personas así como para potenciar el desarrollo sostenible,» afirmó la
Subsecretaria General de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Ilze Brands
Kehris.
Kehris realizó estos
comentarios durante Count us
in: Rompiendo el ciclo de la invisibilidad en los datos, un
evento paralelo celebrado durante el período anual de sesiones de la Comisión
de Estadística de las Naciones Unidas. El evento, organizado por Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, supuso una oportunidad para representantes de
grupos que son «invisibles en los datos» para resaltar la necesidad de un
enfoque centrado en las personas a la hora de la recogida y el análisis de
datos.
Los ponentes comentaron la
importancia de implementar enfoques voluntarios, consensuados y participativos
con salvaguardias firmes que incluyan construir una participación de confianza
y activa de grupos marginados. La necesidad de buena voluntad política
fue destacada como un componente clave en un enfoque basado en los derechos
humanos a la hora de la recopilación de datos.
James Karanja conoce de
primera mano cómo un enfoque centrado en las personas en la recopilación de
datos puede dar visibilidad a los invisibles.
En su papel líder de
activista por las personas intersexuales que viven en Kenia, celebró la
decisión del gobierno de reconocer a las personas intersexuales por primera vez
en el censo de 2019. Karanja, de 27 años, nació con anatomía masculina y
femenina y fue criado como si fuera una niña, de nombre Mary Waithera.
«Existen leyes a la hora de
registrar certificados de nacimiento y probablemente otros certificados y
documentación legal los cuales pueden ser necesarios para que una persona pueda
ser identificada,» explicó. «Una persona acaba siendo excluida a la hora
de acceder a servicios que la población general suele conseguir sin tener que
formarse para ello. Los derechos intersexuales son derechos humanos, y
por ello deben ser racionalizados como cuestiones globales de derechos humanos.»
Karanja declaró que la
recogida de datos es clave a la hora de conseguir derechos humanos
básicos.
«La falta de datos o el
hecho de que no existan personas intersexuales que defiendan su derecho a ser
contados significa que, por ejemplo, cuando el gobierno o el estado elabore sus
presupuestos, estas personas acaben formando una categoría que es ignorada en
el acceso a estos presupuestos,» explicó Karanja. «Ser excluido supone
que estas personas no puedan acceder a algunos de los servicios básicos que
pueden necesitar, por ejemplo, cuestiones sobre atención sanitaria, aunque los
hombres intersexuales pueden necesitar de algún tipo de atención sanitaria
especial.»
Kehris destacó que muchos
Estados se habían mostrado reacios a recopilar datos desglosados sobre
cuestiones de derechos humanos y grupos marginados.
«La ausencia de datos,
desglosados por raza u origen étnico, así como por género, edad, y otros
factores, oculta el impacto desproporcionado que determinadas leyes, políticas
y prácticas tienen para grupos raciales o étnicos en todos los aspectos de la
vida, desde la vivienda y la educación al empleo, salud y el sistema de
justicia penal. Este hecho también dificulta el desarrollo de respuestas
legales y políticas como respuesta a las experiencias vividas por grupos
raciales o étnicos así como las diversas formas de discriminación racial y
otras a las que se enfrentan.»
«Conforme al derecho
humanitario internacional, es vital que los Estados recopilen datos desglosados
como parte de sus “pasos” y “medidas” necesarios para hacer realidad sus
compromisos,» continuó.
Los datos pueden contribuir
a poner de relieve ciclos o patrones de abusos de derechos humanos, afirmó
Tarak Shah, un científico de datos perteneciente al Grupo de Análisis de Datos
sobre Derechos Humanos. La exclusión de datos sobre algunos grupos se ha atribuido
a dificultades en el acceso a encuestas como por ejemplo las personas sin
hogar, las minorías lingüísticas, o el miedo y el estigma que suponen
identificar a una persona como un miembro de una minoría concreta.
«El análisis de datos puede
ayudar a revelar patrones que demuestran que de hecho, estas personas comparten
esta experiencia con otras personas y que no están solas," afirmó.
«Estos patrones pueden asimismo arrojar luz sobre cuestiones de
responsabilidad cuando las violaciones se convierten en sistémicas.»
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