Un revolucionario diseño de tanque criogénico
promete aumentar radicalmente la autonomía de los aviones impulsados por
hidrógeno, hasta el punto de que los aviones no contaminantes con pila de
combustible podrían volar hasta cuatro veces más lejos que los aviones
comparables que funcionan con el contaminante combustible actual.
El peso es el enemigo de todo lo aeroespacial; de hecho, el mayor
almacenamiento de energía por peso del hidrógeno es lo que lo convierte en una
alternativa tan atractiva a las baterías
de litio en el mundo de la aviación.
Ya hemos hablado de la tecnología de pila de
combustible turbo refrigerada por aire de HyPoint, pero su principal diferencia en el
mercado de la aviación es su enorme densidad de potencia en comparación con las
pilas de combustible tradicionales. Para su elevada potencia, es extremadamente
ligera.
Ahora, parece que HyPoint ha encontrado un
socio con una mentalidad similar, la empresa de Tennessee Gloyer-Taylor
Laboratories (GTL) lleva muchos años trabajando en el desarrollo de tanques criogénicos
ultraligeros fabricados con compuestos de fibra de grafito,
entre otros materiales.
GTL afirma que ha construido y
probado varios tanques criogénicos que demuestran una enorme reducción de masa
del 75% en comparación con los «criotanques aeroespaciales de última generación
(de metal o compuestos)«. La empresa afirma que se han probado a prueba
de fugas, incluso a través de varios ciclos de presión criotérmica, y que estos
tanques tienen un nivel de preparación tecnológica (TRL) de 6+, donde TRL 6
representa una tecnología que se ha verificado a nivel de prototipo beta en un
entorno operativo.
Este tipo
de reducción de peso supone una enorme diferencia cuando se trata de un
combustible como el hidrógeno líquido, que pesa tan poco por sí mismo. Cada
kilogramo de hidrógeno necesita unos
GTL
afirma que el criotanque de
Con una
fracción de masa superior al 50%, HyPoint afirma que permitirá a los aviones limpios volar cuatro veces más lejos que un
avión comparable que funcione con combustible de aviación, a la
vez que se reducen los costes de explotación en un 50% en términos de dólar por
pasajero-km, y se eliminan por completo las emisiones de carbono.
No será
sencillo: aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la producción, el
transporte y la logística del hidrógeno ecológico, por no hablar del desarrollo
de estos depósitos y pilas de combustible para aviones hasta el punto de que
sean aptos para el vuelo, estén certificados y suficientemente probados como
para que se consideren una obviedad. Pero con este tipo de cifras, y el enorme
perfil de emisiones del sector de la aviación, estos tanques deberían tener la
oportunidad de demostrar su valía.
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