Solubag podría ser
la solución al problema del plástico. Un material muy similar que no contamina,
y se disuelve completamente en agua, que incluso se puede beber.
Cada año se tiran a la basura 5.000
millones de bolsas de plástico, y el 70% acaban en el mar. Dos investigadores
chilenos proponen una alternativa: Solubag, un material
similar al plástico que no contamina y se disuelve en el agua en unos minutos.
Las
bolsas de plástico son un problema muy grave para el medio ambiente. Cada años
llegan a ríos y mares más de 3.000 millones de bolsas y otros productos plásticos,
en donde miles de animales quedan atrapados, por no
hablar de la contaminación que generan en el fondo marino. Una bolsa de plástico tarda 500 años en
degradarse.
Trabajando
en un material para fabricar cápsulas de detergente solubles, el científico
chileno Roberto Astete descubrió Solubag, un material
con la misma consistencia que el plástico, pero que no contamina y se disuelven
en minutos en el agua. En sus
demostraciones en vivo, Roberto
Astete acostumbra a beberse el agua tras disolver la bolsa, para demostrar que no contamina. ¿Dónde está la
magia de Solubag? Es un material creado a partir del acetato
de polivinilo (PVA), que normalmente se obtiene del petróleo
crudo.
Es
un material elástico y resistente que se usa en pegamentos y goma de mascar. La
diferencia es que Solubag
lo obtiene a partir de gases naturales y piedra caliza. Y se puede fabricar en las actuales fábricas de plástico, sin necesidad de adaptación. El resultado es un
material con una resistencia y elasticidad muy similar al plástico pero que no
contamina, ni en la elaboración, ni en el reciclaje. Ya
se emplea para fabricar bolsas de plástico, de tela, mascarillas, cubrezapatos
y gorros:
La
gran ventaja de Solubag es que se disuelve en
agua. A primera vista esto podría ser un problema, porque
si mojamos sin querer una bolsa de este tipo, podría romperse. Pero en al fase
de producción se puede ajustar la temperatura del agua a la que se disuelve.
El
modelo estándar exige utilizar agua hirviendo a 85
grados, así que no se pueden destruir accidentalmente. Pero si
la bolsa llega al mar o se abandona en el basurero, también se disuelve a temperatura
ambiente en unos tres meses, y lo mejor de todo es que no contamina.
En el
caso de las mascarillas, al disolverse a 85 grados nos aseguramos de que
se destruye tanto la mascarilla como los virus, eliminando cualquier problema.
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