jueves, 26 de mayo de 2022

EL VATICANO: El Papa Francisco pide tener cuidado con la vanidad, las supersticiones y las brujerías.

 

En la Audiencia General de este miércoles 25 de mayo, el Papa Francisco advirtió el peligro de que todo sea vanidad en la vida y el dejarse llevar por las noticias falsas (fake news), las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas que conducen a una “sociedad del cansancio”.

“No es casualidad que la nuestra sea la época de las fake news, de las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas. Es curioso en esta cultura del saber, del conocer todas las cosas y también de la precisión del saber, se difundan tantas brujerías… que conducen a una vida de supersticiones”, indicó el Santo Padre.



Al comienzo, el Santo Padre recorrió en el papamóvil los pasillos de la plaza vaticana para saludar y bendecir a los numerosos fieles presentes de diferentes partes del mundo y fue acompañado en el vehículo por algunos niños.

Además, fue la primera vez que los peregrinos públicamente vieron al Papa Francisco usando un bastón.

El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre la vejez y reflexionó en esta ocasión en el Libro del Eclesiastés o Cohélet “otra joya que encontramos en la Biblia” que “deja desconcertado por su famoso estribillo: Todo es vanidad, Todo es vanidad, Todo es vanidad, todo es niebla, humo, vacío”, dijo el Papa.

“Sorprende encontrar estas expresiones, que cuestionan el sentido de la existencia, dentro de la Sagrada Escritura. En realidad, la oscilación continua de Cohélet entre el sentido y el sinsentido es la representación irónica de un conocimiento de la vida que se desprende de la pasión por la justicia, de la que el juicio de Dios es garante. Y la conclusión del Libro indica el camino para salir de la prueba: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal”, señaló. En esta línea, el Papa explicó que “la vejez puede aprender de la sabiduría irónica de Cohélet el arte de sacar a la luz el engaño oculto en el delirio de una verdad de la mente desprovista de afectos por la justicia”.

“¡Los ancianos llenos de sabiduría y humor hacen mucho bien a los jóvenes! Los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría”, afirmó.

Sin embargo, el Santo Padre advirtió el peligro de la “dolorosa desilusión” que causa preguntas como “¿Nuestros esfuerzos han cambiado el mundo? ¿Alguien quizá es capaz de hacer valer la diferencia entre lo justo y lo injusto? Parece que todo esto es inútil ¿para qué hacer tantos esfuerzos?”

 

 

 

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