Aunque cayó la demanda, estos aparatos se siguen usando en
el país. El caso de Paula Ferro reactualizó la alerta. Para los especialistas,
deberían prohibirse.
En 2009, las camas solares
fueron recategorizadas por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) como "cancerígeno clase 1". Igual que el
arsénico y el tabaco. En algunos países como Australia y Brasil están prohibidas.
"En Argentina existe
una ley que fue ratificada por varias provincias, incluida Buenos Aires, que
restringe su uso a menores de edad", dice Andrés Politi, médico dermatólogo. coordinador
de la campaña nacional de cáncer de piel de la Sociedad Argentina de
Dermatología (SAD).
Desde el Gobierno de la
Ciudad no pudieron informar la cantidad exacta de centros con camas solares que
están habilitados en Capital ya que no
existe una figura para autorizarlos en forma específica y
se habilitan bajo otros rubros, como centros de estética o gimnasios.
Hace una década, entonces, que se sabe que las
camas solares son "malas" para la
piel. Pero no es común ver casos como los de Paula. Hay que
entender el proceso acumulativo del que advierte la dermatología.
Las camas solares emiten
luz ultravioleta A (UVA), y casi nada de ultravioleta B (UVB). La ultravioleta
A produce el bronceado y casi nada de rojez. "La ultravioleta B primero te
pone colorado y luego te broncea. La idea de las camas solares es broncearse
sin rojez. Pero si tenés piel clara (se broncea poco) y tomás doble sesión, la pequeña cantidad de UVB o la poca rojez
producida por UVA hacen este desastre", detalla el médico.
Paula tiene tez clara. Eso no exime a las pieles más trigueñas de los efectos
nocivos.
Para Politi, "esto no es lo peor del
caso". Lo peor es el efecto
acumulativo de la cama solar. "En este caso que se
viralizó, no fue una quemadura grave. El desastre fue haber hecho doble
sesión. El resultado esta a la vista. Pero hay un tema más grave que tiene que
ver con las camas solares en general. Lo grave es que unas pocas quemaduras
severas pueden provocar melanoma maligno o carcinoma basocelular (2 tipos de
cáncer de piel) años después", sentencia.
El melanoma maligno es el cáncer
que más ha aumentado en la humanidad en los últimos 35 años, solo superado por
el cáncer de pulmón en la mujer.
No están
prohibidas en Argentina:
Para Cecilia Racco,
dermatóloga del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD), hay
que decirle "no" a la cama
solar. Aun así, no hay un proyecto que ahora esté en vías de
prohibir su uso generalizado en el país. "Debería existir", repiten
las y los especialistas entrevistados en esta nota. Si no se activa este tema,
dicen, es porque "ya se invierte menos en poner estos locales y más uno de depilación definitiva o de bronceado instantáneo".
"Lamentablemente se
siguen utilizando en Argentina. En algunos países está regulada la prohibición
de camas solares. Pero acá aún falta mucho al respecto. Aún hoy seguimos
recibiendo consultas acerca de si las aconsejamos o no. Y cómo dermatólogos
tenemos que repetir hasta el cansancio sobre los riesgos. El daño que
produce es acumulativo y daña el
ADN de nuestras células. Las camas solares, al igual que
el sol, te manchan, te envejecen y lo más grave es que producen cáncer de piel", sigue Racco.
"Sabemos que la
exposición intermitente, reiterada, a la cama solar puede desencadenar en
cáncer de piel. 15 minutos de cama solar
equivalen a un día de playa. Ya tomar Sol, de forma aguda
(intensa), puede provocar quemaduras y, en forma crónica, arrugas, manchas y también
cáncer.
Al
estar expuestos en forma continua, en una cama solar, esto se puede dar con más
facilidad", dice Cristina Pascutto, ex presidenta de la SAD.
¿Se puede ir de forma
"cuidada" a la cama solar? Para Pascutto, no existe margen de protección.
"Como dermatóloga, la prohíbo totalmente. No hay que ir. Además de la ley
26.799, que prohíbe que las usen menores de 18 años, estos establecimientos
deben contar con personal idóneo para asistir en caso de quemaduras, y advertir
sobre los riesgos de, como las llamamos nosotros, estas cámaras de
irradiación", cierra.
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