9 de julio de 1816: los tensos días previos a la
Independencia
Cómo jugaron
Belgrano y San Martín, las formas de gobierno discutidas y el rol de las
potencias europeas. El 24 de marzo de 1816 comenzaron las
sesiones del Congreso de Tucumán. Fue elegido presidente el diputado porteño Pedro
Medrano. Se resolvió que ese cargo sería rotativo y mensual y se designaron dos
secretarios, Juan José Paso y José Mariano Serrano, diputado altoperuano.
El
primer tema que tuvo que tratar el Congreso fue el reemplazo del renunciante
Director Supremo, Ignacio Álvarez Thomas. Fue elegido para el cargo un diputado
por San Luis, el coronel mayor Juan Martín de Pueyrredón.
El nuevo director debió
viajar de inmediato a Salta para confirmar a Martín Miguel de Güemes como
comandante de la frontera Norte tras la derrota de Rondeau en Sipe Sipe.
El tema siguiente fue el
debate sobre la forma de gobierno. La
mayoría de los congresales estaban de acuerdo con establecer una monarquía
constitucional, que era la forma más aceptada en la Europa de
la restauración que sobrevino a la derrota final de Napoleón.
Una
de las pocas repúblicas que quedaba en pie en el mundo eran los Estados Unidos
de Norteamérica.
La
propuesta de Belgrano
En la sesión secreta del 6
de julio de 1816, Manuel Belgrano propuso ante los congresales de
Tucumán que en vez de buscar un príncipe europeo o volver a
estar bajo la autoridad española, se estableciera una monarquía moderada
encabezada por un príncipe Inca, como una
forma de reparar las injusticias cometidas por los conquistadores españoles contra
las culturas americanas.
Belgrano recibió el cálido apoyo de José de San
Martín y Güemes. La
idea también entusiasmó a los diputados altoperuanos, que propusieron un reino
con capital en Cuzco y se dio por seguro que esto
permitiría la adhesión de los indígenas a la causa revolucionaria.
Ante la férrea oposición de algunos diputados
porteños como Anchorena, Fray Justo Santa María de
Oro hizo gala de su muñeca política y propuso que antes de tomar cualquier
resolución sobre la forma de gobierno había que consultar a los pueblos de todo
el territorio y amenazó con retirarse del congreso si no se tomaba esa
resolución. Las discusiones
entre monárquicos y republicanos siguieron cada vez más acaloradamente sin
llegar a ningún acuerdo.
Pueyrredón regresó a
Tucumán y apuró a los diputados para
que declarasen de una vez por todas la independencia y luego viajó a Buenos
Aires.
Una comisión compuesta por
los diputados Gascón, Sánchez de Bustamante y Serrano redactó una especie de
plan de trabajo para el Congreso en el que se incluía el tan deseado y demorado
tema de la independencia, que ponía muy nervioso al gobernador intendente de
Cuyo, José de San Martín, que necesitaba
esa declaración para cruzar a Chile como el jefe de un ejército de un Estado
independiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario