SAN SALVADOR.– ¡CÁRCEL o MUERTE es la CONSIGNA! En un nuevo polemico capítulo de su lucha sin cuartel
para acabar con la violencia de varias décadas en su país, que es objeto de
duras críticas por parte de los organismos de derechos humanos, el
presidente salvadoreño, Nayib Bukele, inauguró la megacárcel “más grande de
América”, con capacidad para 40.000 prisioneros, a la que ya trasladó a los
primeros 2000 pandilleros.
“Hoy en la
madrugada, en un solo operativo, trasladamos a los primeros 2000 pandilleros al
Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot)”, informó el presidente en su
cuenta de Twitter, haciendo referencia a ese centro.
La gigantesca prisión, dotada
de alta tecnología para la vigilancia, fue inaugurada a principios de febrero
por el propio Bukele. Construida en un valle rural en las afueras de la ciudad
de Tecoluca, unos 74 km al sureste de San Salvador, el Cecot se destaca por sus rigurosos
controles de ingreso.
En el video
que el mandatario compartió en Twitter para hacer el anuncio, se observa a
muchos pandilleros con sus torsos desnudos, rapados, vistiendo apenas un
pantalón corto blanco y descalzos, custodiados por policías y alineados en un
gran patio de otra prisión del occidente del país.
Luego, con sus manos
esposadas en la espalda, son subidos a un ómnibus y trasladados bajo fuertes
medidas de seguridad que incluyeron sobrevuelo de varios helicópteros militares
sobre el Cecot, lugar al que llegaron al amanecer.
“Esta será su nueva casa, donde vivirán por
décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población”, señaló Bukele.
Cientos de
policías, agentes de seguridad de la Dirección de Centros Penales y soldados
participaron en el operativo de traslado. Bukele asumió en 2019 la presidencia
de uno de los países más violentos de América, especialmente por la acción de
las pandillas conocidas como Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18. En 2015 el
país había alcanzado un récord criminal con una tasa de 105 homicidios por cada
100 000 habitantes. Pero el año pasado El Salvador
se ubicó como el país menos violento de la región con una tasa de 17,6
homicidios por cada 100 000 habitantes.
Bukele
declaró una “guerra contra las pandillas” en marzo pasado, y decretó
un régimen de excepción que ya fue extendido dos veces. Los poderes de
emergencia han sido controvertidos ya que limitan algunos derechos
constitucionales, como permitir que las fuerzas de seguridad
arresten a sospechosos sin una orden judicial.
Hoy, la
popularidad de Bukele alcanza el 87%. Su estrategia contra
las pandillas suma apoyos además en otros líderes de la región. La candidata
presidencial de Guatemala Zury Ríos elogió la política de Bukele y afirmó:
“Para mi, él es un modelo de referencia”.
Al llegar
ayer a la gigantesca prisión, los pandilleros fueron ingresando por grupos a
varias celdas. ”Célula a célula estamos eliminado este cáncer de la sociedad.
Sepan que no volverán a salir caminando
del Cecot, pagarán por lo que son... cobardes terroristas”,
escribió por su parte en Twitter el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo
Villatoro.
El presidio fue construido para recluir a
parte de los poco más de 64.000
pandilleros detenidos hasta el momento bajo un régimen de excepción decretado por
el Congreso a pedido de Bukele, en respuesta a una escalada de violencia que se cobró la vida
de 87 personas entre el 25 y 27 de marzo de 2022.
Para construir
la cárcel, el Estado compró 166 hectáreas, 23 de las cuales albergan ocho
pabellones ubicados dentro de un perímetro rodeado por un muro de concreto de
11 metros de altura y 2,1 kilómetros de largo, protegido por alambradas
electrificadas.
FUENTE DIARIO La
Nacion-
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