El 14 de mayo de 1810 había llegado a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe trayendo periódicos que confirmaban los rumores que circulaban intensamente por Buenos Aires: cayó en manos de los franceses de Napoleón, la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español.
Las reuniones continuaron
hasta la madrugada del sábado 19 y sin dormir, por la mañana, Cornelio Saavedra
y Manuel Belgrano le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un Cabildo
Abierto. Por su parte, Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva.
Domingo 20
El
domingo 20 el virrey Cisneros reunió a los jefes militares y les pidió su apoyo
ante una posible rebelión, pero todos se rehusaron a brindárselo. Por la noche,
Castelli y Martín Rodríguez insistieron ante el virrey con el pedido de cabildo
abierto. El virrey dijo que era una insolencia y un atrevimiento y quiso
improvisar un discurso pero Rodríguez le advirtió que tenía cinco minutos para
decidir. Cisneros le contestó «Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me
abandona, hagan ustedes lo que quieran» y convocó al Cabildo para el día 22 de
Mayo. En el «Café de los Catalanes y en «La Fonda de las Naciones», los
criollos discutían sobre las mejores estrategias para pasar a la acción
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