A mediados del siglo ix,
un conjunto de monjes se asentó junto al Cantábrico. Alfonso III de
Asturias dio su beneplácito al asentamiento configurando en
cierta forma la nueva diócesis. En 866, el obispado de Lugo cedió
terrenos al norte de sus dominios, próximos al mar Cantábrico, dando origen a
la diócesis mindonense y creándose el Monasterio de
San Martín de Mondoñedo como sede de la misma.
Debido a su proximidad al mar y el peligro de las frecuentes incursiones de los pueblos del norte (normandos y vikingos), los obispos pensaron en la necesidad de trasladarse a tierras del interior.
Los
obispos de la sede mindonense consiguieron la autorización del papa y los reyes
de trasladar la sede de la diócesis a la actual Mondoñedo alrededor del año 1112.
Entonces se vio la necesidad de la construcción de una nueva sede catedralicia,
la actual.
El templo, de estilo románico con
añadidos y reformas posteriores, se comenzó a construir en 1219 y en 1246
estaría avanzada la obra, aunque se concluyó durante los siglos xiii y xiv.
La catedral en su estructura inicial tenía tres ábsides; el mayor y dos menores.
La catedral actual es un edificio de tres naves, con bóveda de
crucería sobre arcos apuntados. La fachada del templo se
compone de tres grandes ojivas que se corresponden con las tres naves. La
fachada occidental posee un rosetón del siglo xiv de
5 metros de diámetro con vidrieras policromadas. Está flanqueada por dos
imponentes torres, decoradas con motivos heráldicos.
En el interior se encuentra el Museo de arte sacro,
disponiéndose sus obras en las naves laterales del templo. El retablo mayor
actual, obra de Fernando de
Terán, es rococó, con columnas
neoclásicas. Posee dos cuerpos, el primero con la Asunción de la Virgen y el
segundo representando el misterio de la Santísima
Trinidad. Durante la Edad Media se construyó un coro de piedra que
fue sustituido a principios del siglo xvi por uno de madera. En
este siglo también se construyó la girola y
finales del mismo la sacristía.
El claustro es del siglo xvii, de
planta cuadrada con arcos de medio punto y columnas dóricas. Fue reconstruido
por Diego Ibáñez
Pacheco.
En el siglo xviii se remodeló la
fachada y se añadieron las torres.
La catedral posee varios estilos
debido a las sucesivas ampliaciones y reformas a lo largo del tiempo. Fue
construida sobre bases románicas, aunque sufrió ampliaciones barrocas.
En la puerta principal y el ábside mayor se pueden ver sus
orígenes románicos.
Por otro lado tanto el crucero y la sacristía son de
estilo Gótico,
así como el rosetón de la fachada occidental. Las pinturas de la nave central
situadas bajo los órganos también se enmarcan en el Gótico. Entre estas pinturas
cabe destacar la perteneciente a la escena de la Degollación de los
Inocentes. La sillería del coro, tallada en madera de nogal, pertenecen
igualmente a este estilo.
El claustro, reformado a principios del siglo xvii es
de estilo clásico. En el centro existe un cruceiro gótico, que
probablemente pertenecía al primitivo claustro.
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