Fuente: Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de “Prestación farmacéutica” de España-
IBUPROFENO: Este
fármaco pertenece
a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Su acción es analgésica,
antitérmica y antiinflamatoria. Es decir, es capaz de aliviar
el dolor, bajar la fiebre y reducir la inflamación desde la media hora
posterior a su ingesta y hasta las seis horas siguientes, aproximadamente.
Por
tanto, el
ibuprofeno está indicado para tratar en pautas cortas dolor leve o moderado
asociado a diferentes procesos (dolor menstrual, músculo
esquelético, dolor óseo de origen metastásico…), así como la fiebre alta,
y, en pautas más mantenidas, para el tratamiento de otros procesos que cursan con inflamación, como
los de origen reumático.
¿Qué precauciones son necesarias con el ibuprofeno?
También es
necesario tener en cuenta que la Agencia Española de Medicamentos y Productos
Sanitarios (AEMPS)alertó en 2015 de que el consumo de ibuprofeno en
dosis elevadas de manera continuada puede aumentar el riesgo cardiovascular.
Por ello, las
personas que sufran enfermedades como insuficiencia cardiaca, cardiopatía
isquémica, enfermedad arterial periférica o de carácter cerebrovascular deben
consultar al profesional sanitario para que evalúe su indicación.
Por otra
parte, el ibuprofeno, como el resto de fármacos de su grupo, cuenta con el inconveniente de que
no debe ingerirse con el estómago vacío, pues puede irritar la
mucosa del estómago. Por ello, se ha de tomar siempre junto a alimentos y han
de evitar este fármaco o tener especial precaución los pacientes que sufren
úlcera gástrica u otras dolencias estomacales, así como quienes estén tomando
otros fármacos (esteroideos u otros antiinflamatorios no esteroideos,
anticoagulantes, etc.); es mejor evitar tratamientos prolongados con ibuprofeno
en personas mayores de 65 años o en pacientes que padezcan algunas enfermedades
graves concomitantes (infecciones, neoplasias). Todas estas condiciones
incrementan el riesgo de erosión gástrica.
El
ibuprofeno tampoco está recomendado para bebés menores de seis meses, y hay que tener precaución en
el resto de niños. Si existen dudas en cuanto a la dosis y en aquellos procesos
en los que el niño sufra cuadros gastrointestinales o cuando el dolor o la
fiebre no cedan en pocos días, lo adecuado es preguntar al pediatra.
Igualmente, algunos pacientes de ciertas
patologías han de tener cuidado con el consumo de ibuprofeno; por
ejemplo, quienes padecen insuficiencia renal o hepática grave, así como quienes
toman fármacos contra la tensión o sufren asma, ya que pueden agudizar los
síntomas. Y en algunos de estos casos, su utilización estará claramente contraindicada,
por lo que hay que consultar con el profesional.
Debido a que
puede provocar interacciones con otros medicamentos, el ibuprofeno no está recomendado
para personas mayores, que suelen seguir varios tratamientos al mismo tiempo, y
para aquellas personas que, con independencia de su edad, siguen otros
tratamientos a la vez, el profesional médico será el encargado de despejar las
dudas al respecto.
Las mujeres
embarazadas deberían consultar antes de tomar por su cuenta cualquier fármaco. El ibuprofeno en general no se
recomienda en el embarazo y está especialmente
contraindicado en el tercer trimestre de gestación.
Por último, ha de tenerse
en cuenta la advertencia hecha en 2019 por la Agencia Francesa del Medicamento
(ANSM) a raíz de un estudio realizado en aquel país sobre algunos posibles
riesgos que el ibuprofeno conlleva en el tratamiento de ciertas infecciones,
fundamentalmente vinculadas a las bacterias estreptococo y neumococo, como
anginas, rinofaringitis, otitis, tos, infecciones pulmonares y algunas lesiones
cutáneas. Se precisan más estudios a nivel europeo para evaluar el
riesgo-beneficio de su utilización en algunas condiciones de salud.
El paracetamol: qué es y para qué sirve:
El
paracetamol ocupa nada menos que el
segundo lugar en la lista de principios activos más vendidos,
solo por detrás del omeprazol: ese año, se facturaron 38 millones de envases de
paracetamol en las farmacias españolas, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud
2018 de “Prestación farmacéutica”.
Este
principio activo es capaz tanto de aliviar el dolor como de reducir la fiebre. Estas propiedades analgésicas
y antipiréticas justifican su popularidad, pues, aunque no posea poder
antiinflamatorio como el ibuprofeno, el paracetamol es idóneo para tratar el
dolor leve o moderado y la fiebre al mismo tiempo -como, por ejemplo, en la
gripe- o para dolencias leves comunes como las cefaleas, la lumbalgia, el dolor
de muelas o el de huesos. Su uso, en todo caso, ha de ser ocasional.
¿Qué precauciones son necesarias con el paracetamol?
A pesar de no provocar
malestar estomacal, una dosis demasiado elevada de paracetamol puede resultar
tóxica para el hígado. En este caso, inicialmente, pueden aparecer vómitos,
diarrea, mareos, somnolencia, pérdida de apetito y dolor abdominal. Si no se
trata, el daño hepático puede llevar a un coma o, incluso, a la muerte.
Para
evitar estos efectos secundarios y dañar nuestro hígado, no hemos de exceder la
dosis máxima recomendada de paracetamol de 500-600 mg cada ocho horas. También deben abstenerse de
tomarlo las personas que sufren insuficiencia hepática o tomarlo a las dosis
establecidas por el médico, así como aquellas personas con anemia o que tienen
problemas con el alcohol. También hay que ajustar las dosis en pacientes con
insuficiencia renal.
En
cambio, al
contrario de lo que sucede con el ibuprofeno, el paracetamol sí puede tomarse
durante el embarazo, siempre que esté justificado, si bien hay
que recordar que para cualquier fármaco, el riesgo cero no existe.
**La idea es
NO auto medicarse, ver al médico es lo aconsejable-
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