martes, 22 de agosto de 2023

Ibuprofeno o Paracetamol: ¿qué son y para qué sirven? El saber nos hará libres y saludables-

 

Fuente: Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de “Prestación farmacéutica” de España-

IBUPROFENO: Este fármaco pertenece a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Su acción es analgésica, antitérmica y antiinflamatoria. Es decir, es capaz de aliviar el dolor, bajar la fiebre y reducir la inflamación desde la media hora posterior a su ingesta y hasta las seis horas siguientes, aproximadamente.



 

Por tanto, el ibuprofeno está indicado para tratar en pautas cortas dolor leve o moderado asociado a diferentes procesos (dolor menstrual, músculo esquelético, dolor óseo de origen metastásico…), así como la fiebre alta, y, en pautas más mantenidas, para el tratamiento de otros procesos que cursan con inflamación, como los de origen reumático.

 

¿Qué precauciones son necesarias con el ibuprofeno?



También es necesario tener en cuenta que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)alertó en 2015 de que el consumo de ibuprofeno en dosis elevadas de manera continuada puede aumentar el riesgo cardiovascular. Por ello, las personas que sufran enfermedades como insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, enfermedad arterial periférica o de carácter cerebrovascular deben consultar al profesional sanitario para que evalúe su indicación.

 

Por otra parte, el ibuprofeno, como el resto de fármacos de su grupo, cuenta con el inconveniente de que no debe ingerirse con el estómago vacío, pues puede irritar la mucosa del estómago. Por ello, se ha de tomar siempre junto a alimentos y han de evitar este fármaco o tener especial precaución los pacientes que sufren úlcera gástrica u otras dolencias estomacales, así como quienes estén tomando otros fármacos (esteroideos u otros antiinflamatorios no esteroideos, anticoagulantes, etc.); es mejor evitar tratamientos prolongados con ibuprofeno en personas mayores de 65 años o en pacientes que padezcan algunas enfermedades graves concomitantes (infecciones, neoplasias). Todas estas condiciones incrementan el riesgo de erosión gástrica.

 

El ibuprofeno tampoco está recomendado para bebés menores de seis meses, y hay que tener precaución en el resto de niños. Si existen dudas en cuanto a la dosis y en aquellos procesos en los que el niño sufra cuadros gastrointestinales o cuando el dolor o la fiebre no cedan en pocos días, lo adecuado es preguntar al pediatra.

Igualmente, algunos pacientes de ciertas patologías han de tener cuidado con el consumo de ibuprofeno; por ejemplo, quienes padecen insuficiencia renal o hepática grave, así como quienes toman fármacos contra la tensión o sufren asma, ya que pueden agudizar los síntomas. Y en algunos de estos casos, su utilización estará claramente contraindicada, por lo que hay que consultar con el profesional.

Debido a que puede provocar interacciones con otros medicamentos, el ibuprofeno no está recomendado para personas mayores, que suelen seguir varios tratamientos al mismo tiempo, y para aquellas personas que, con independencia de su edad, siguen otros tratamientos a la vez, el profesional médico será el encargado de despejar las dudas al respecto.

Las mujeres embarazadas deberían consultar antes de tomar por su cuenta cualquier fármaco. El ibuprofeno en general no se recomienda en el embarazo y está especialmente contraindicado en el tercer trimestre de gestación.

Por último, ha de tenerse en cuenta la advertencia hecha en 2019 por la Agencia Francesa del Medicamento (ANSM) a raíz de un estudio realizado en aquel país sobre algunos posibles riesgos que el ibuprofeno conlleva en el tratamiento de ciertas infecciones, fundamentalmente vinculadas a las bacterias estreptococo y neumococo, como anginas, rinofaringitis, otitis, tos, infecciones pulmonares y algunas lesiones cutáneas. Se precisan más estudios a nivel europeo para evaluar el riesgo-beneficio de su utilización en algunas condiciones de salud.


El paracetamol: qué es y para qué sirve:



El paracetamol ocupa nada menos que el segundo lugar en la lista de principios activos más vendidos, solo por detrás del omeprazol: ese año, se facturaron 38 millones de envases de paracetamol en las farmacias españolas, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2018 de “Prestación farmacéutica”.

Este principio activo es capaz tanto de aliviar el dolor como de reducir la fiebre. Estas propiedades analgésicas y antipiréticas justifican su popularidad, pues, aunque no posea poder antiinflamatorio como el ibuprofeno, el paracetamol es idóneo para tratar el dolor leve o moderado y la fiebre al mismo tiempo -como, por ejemplo, en la gripe- o para dolencias leves comunes como las cefaleas, la lumbalgia, el dolor de muelas o el de huesos. Su uso, en todo caso, ha de ser ocasional.

¿Qué precauciones son necesarias con el paracetamol?

A pesar de no provocar malestar estomacal, una dosis demasiado elevada de paracetamol puede resultar tóxica para el hígado. En este caso, inicialmente, pueden aparecer vómitos, diarrea, mareos, somnolencia, pérdida de apetito y dolor abdominal. Si no se trata, el daño hepático puede llevar a un coma o, incluso, a la muerte.

Para evitar estos efectos secundarios y dañar nuestro hígado, no hemos de exceder la dosis máxima recomendada de paracetamol de 500-600 mg cada ocho horas. También deben abstenerse de tomarlo las personas que sufren insuficiencia hepática o tomarlo a las dosis establecidas por el médico, así como aquellas personas con anemia o que tienen problemas con el alcohol. También hay que ajustar las dosis en pacientes con insuficiencia renal.

En cambio, al contrario de lo que sucede con el ibuprofeno, el paracetamol sí puede tomarse durante el embarazo, siempre que esté justificado, si bien hay que recordar que para cualquier fármaco, el riesgo cero no existe.

**La idea es NO auto medicarse, ver al médico es lo aconsejable-

 

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