lunes, 25 de septiembre de 2023

ESTUDIAR en el CAMPO: El legado de Don Bosco en la educación agropecuaria: cómo es la obra de los Salesianos en Argentina-

 

Los Salesianos llegaron a la Argentina para fomentar el arraigo en el ámbito rural y la construcción de una patria cada día más justa, a través de la educación. Hoy esta obra abarca a ocho escuelas agrotécnicas en cinco provincias.

Las escuelas agrotécnicas salesianas son pioneras en la educación agropecuaria en la Argentina y en muchos países del mundo.



La institución se instauró en nuestro territorio a partir de 1875, cuando llegaron los primeros 10 inmigrantes salesianos dispuestos a cumplir las tareas asignadas.

 

Los salesianos pensaron la educación agrícola como una manera de promocionar a la población campesina de criollos e inmigrantes que llegaban a Argentina”, cuenta a Infocampo el director de Por los Jóvenes – Don Bosco, Hno. Ariel Fresia.

Los Salesianos de Don Bosco son una expresión religiosa dedicada a la educación y evangelización de los jóvenes, sobre todo los más pobres y abandonados.



Su tarea se inspira en la vida y obra de San Juan Bosco, sacerdote italiano nacido en 1815 y fallecido en 1888.

LOS SALESIANOS Y LA OBRA DE DON BOSCO

De origen campesino y familia humilde, fue sensible a las necesidades de los jóvenes más pobres de TurínItalia, a quienes les dio una casa que los recibía con cariño, un patio para encontrarse con amigos, una escuela para prepararse para la vida y una parroquia para conocer a Jesús.

Basado en sus principios, la obra llegó a la Argentina y hoy cuenta con ocho Escuelas Agrotécnicas. Tres de ellas ubicadas en la provincia de Buenos Aires, dos en Córdoba y una en MisionesMendoza y Tierra del Fuego.



A estos establecimientos, se le suman dos Centros de Formación Agropecuaria de gran importancia, situadas en la localidad santafesina de Venado Tuerto y en Tandil, al sur de Buenos Aires.

EDUCACIÓN DESDE EL TERRITORIO

La obra salesiana pensó a la educación agropecuaria como necesaria con el fin de la consolidación del país y la construcción de la sociedad, al tiempo que podía contribuir al desarrollo de la agroindustria regional y la transformación cultural de la producción rural.

En la actualidad estas escuelas potencian zonas productivas y economías regionales, como el caso de la producción vitivinícola en Rodeo del Medio, la yerba en Misiones o la cría de bovinos en Río Grande, entre otras.



“Las propuestas permiten a los jóvenes estudiar en sus lugares de origen, sin tener que desplazarse lejos de sus familias. Además de formarlos a nivel humano y cultural, les ofrece herramientas desde la práctica para insertarse laboralmente en industrias productivas o capacitarse como empleados rurales”, explicó el entrevistado.

“Desde las primeras escuelas agrícolas a finales del siglo XIX, la educación agrotécnica y agraria fue uno de los pilares de la capacitación en el interior del país y del desarrollo del agro, como un socio productivo en sus distintas regiones”, continuó Fresia.

Para el vocero, la educación técnica y agrotécnica es uno de los baluartes principales que permite impulsar el trabajo de las distintas regiones del país, las economías regionales y la industrialización.

Además brinda herramientas a los jóvenes para que puedan desempeñarse en el entorno rural y no tengan que migrar hacia las grandes ciudades. Todo esto desde el sistema preventivo salesiano que pone en primer lugar a la persona y, al tiempo que forma en cuestiones técnicas, también lo hace en valores

“La educación agrotécnica está en contacto directo con la naturaleza. Por eso creemos que son fundamentales los procesos productivos regionales que ofrecen las Escuelas salesianas, incentivando proyectos productivos innovadores que no se basan solo en los libros, sino más bien al pie del campo”, destacó.

POTENCIANDO AL AGRO Y SUS COMUNIDADES

La educación agropecuaria en Argentina fue siempre un pilar en el desarrollo productivo y socioterritorial del país. Las escuelas agrotécnicas, como las salesianas, fomentan la producción regional y brindan una educación enfocada en la naturaleza y la formación integral de los jóvenes.

Estas instituciones educativas acompañan a niños y jóvenes desde sala de 3 años hasta universitarios, ofreciendo un amplio abanico de posibilidades. Es sin dudas una salida loable para quienes no tienen la oportunidad de estudiar lejos de la tierra donde nacieron.

“Los salesianos potencian el desarrollo productivo, económico y educativo de las regiones y son motores de inclusión y crecimiento para los territorios, aportando a la juventud como principal recurso humano”, continuó Fresia.

LOS JÓVENES, ESPEJO DE DON BOSCO

Para el director de Por los Jóvenes – Don Bosco, la juventud actual debe enfocarse en los principios de este importante sacerdote italiano. “La obra salesiana en toda la Argentina está enfocada fundamentalmente en acompañar a los jóvenes en cualquier condición en la que se encuentren”, dice el referente.

En ese marco, mencionó que todos ellos van a encontrar en la educación salesiana “la posibilidad de superar sus dificultades” y salir adelante en cualquier crisis.

“La educación salesiana, sobre todo la rural, no solamente implica una transformación sociocultural del territorio y la producción, sino también una modificación de las personas en sujetos cada vez mejores; más éticos, más comprometidos con la ecología, con la creación de puestos de trabajo, la justicia y la redistribución de los ingresos”, manifestó.

¿CÓMO SE SUSTENTAN LAS ESCUELAS SALESIANAS?

Las escuelas Salesianas se sustentan con la producción que los alumnos desarrollan en las diferentes regiones y el aporte privado que realizan padres, productores y empresas del sector.

“Tenemos un costo altísimo de mantenimiento, de sostenimiento, de transformación y de actualización tecnológica en las diferentes zonas. La principal fuente de ingreso es el trabajo y el esfuerzo de nuestros propios alumnos”, comentó Fresia.

La venta de los productos que elaboran, el grano que cosechan, los animales que se comercializan son algunos de los recursos que se utilizan para gestionar estos establecimientos de la mejor manera.

“Estas escuelas tienen su origen en un legado solidario, de algunas personas donantes, dueñas de terrenos o de grandes fortunas, que cedieron tierra de manera gratuita con una finalidad específica: que se desarrollara una escuela para la educación de los chicos del campo”, cuenta el entrevistado. Por otra parte, el Estado Nacional también colabora con la subvención de estas casas de estudios, pero sólo abonando el sueldo al personal docente y los auxiliares que trabajan para mantener los diferentes edificios.

 

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