Desarrollan un riñón
artificial implantable que liberaría a los pacientes de la
diálisis. Tras llevar a cabo una prueba con éxito, da esperanzas a que su uso
pueda ayudar a los afectados con insuficiencia renal.
Quienes padecen insuficiencia renal pronto podrán esperar un futuro sin diálisis ni largas esperas para un trasplante de órgano. Esto es
gracias a los esfuerzos de la Universidad de California en San Francisco, que
produjo un dispositivo implantable que imita las funciones diarias del órgano. Se trata de un riñón artificial que ha sido
implantado y probado con éxito.
Un
riñón artificial:
El
primer ensayo clínico de este riñón artificial demostró que las células
renales, alojadas dentro del dispositivo llamado biorreactor, pueden funcionar
silenciosamente en segundo plano, como un marcapasos.
A
nivel global, se estima que unos 850 millones de personas en
todo el mundo tienen enfermedad renal.
Además, no
activan el sistema inmunológico del receptor para atacar,
un obstáculo importante para los pacientes que necesitan tomar fuertes
medicamentos supresores del sistema inmunológico después de recibir trasplantes
de donantes.
A
nivel global, se estima que unos 850 millones de personas en todo el mundo
tienen enfermedad renal. Los afectados necesitan diálisis
varias veces a la semana, mediante la cual una máquina filtra su sangre. Muchos
buscan trasplantes de riñón, pero no hay suficientes donantes. Un riñón
artificial implantable sería una bendición.
El
dispositivo, desarrollado por el Proyecto Riñón de la universidad, ha sido implantado
y probado con éxito en cerdos durante siete días. El
siguiente paso será una prueba de un mes.
de duración, primero en animales
y luego en humanos. Los científicos planean llenar el biorreactor con células
renales adicionales que puedan imitar todas las funciones, como equilibrar los fluidos del cuerpo y liberar hormonas para
regular la presión arterial. Luego nacerá un riñón artificial completo.
«El riñón bioartificial hará que
el tratamiento de la enfermedad renal sea más eficaz y también mucho
más tolerable y cómodo«, afirmó el Dr. Shuvo Roy,
profesor de bioingeniería en la Facultad de Farmacia de la UCSF. “Necesitábamos
demostrar que un biorreactor funcional no requiere fármacos inmunosupresores, y
lo hicimos. No tuvimos complicaciones y ahora podemos repetirlo, alcanzando
todo el panel de funciones renales a escala humana”.
Pruebas
exitosas:
En un
estudio publicado en la revista Nature Communications, el equipo
detalla cómo el biorreactor diseñado puede conectarse directamente a los vasos sanguíneos
y las venas, permitiendo el paso de nutrientes y oxígeno, de
forma muy similar a como lo haría un riñón trasplantado.
Las
membranas de silicio mantienen las células renales dentro del biorreactor a
salvo del ataque de las células inmunitarias del receptor.
El
equipo utilizó como caso de prueba un tipo de célula renal llamada célula del
túbulo proximal, que regula el agua y la sal. El coautor H. David Humes, MD, de
la Universidad de Michigan, había utilizado previamente estas células para
ayudar a los pacientes de diálisis en la unidad de cuidados intensivos con resultados
que salvaron vidas.
Rastrearon
los datos de las células renales dentro del biorreactor y de los animales
receptores durante siete días después del trasplante y a
ambos les fue bien.
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