Desde que Darwin demostró que solo
los animales capaces de adaptarse genéticamente al entorno podían sobrevivir,
muchos estudios han asegurado que los últimos cambios en humanos se produjeron
hace unos 40.000 años. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Harvard
afirma que las personas seguimos evolucionando, pero más despacio.
Los resultados indican que factores
como el nivel educativo o la edad de la primera menstruación determinan el
éxito reproductivo de las personas.
Muchas teorías apuntan a que los
seres humanos dejaron de evolucionar hace unos 40.000 años. Sin embargo, un
estudio llevado a cabo por Jonathan P. Beauchamp, investigador de la
Universidad de Harvard (EE UU) experto en el campo emergente de la
'genoeconomía' –que combina conocimientos y métodos de la economía y la
genética– señala que la selección natural sigue siendo el motor, aunque un poco
más lento, de la evolución humana.
Los últimos avances en genética molecular han permitido
que este trabajo, cuyos resultados se han publicado en PNAS, pudiera realizarse. Hasta ahora, las investigaciones
se habían basado en el análisis de datos fenotípicos, es decir, los aspectos no
genéticos, pero este estudio indaga en la relación entre genotipos y su
respuesta fenotípica.
Según explica Beauchamp a Sinc algunas de estas variantes
genéticas, como el nivel de educación o la edad de la primera menstruación
(menarquía) "aportan más datos a la teoría de que los seres humanos
todavía estamos evolucionando”.
Relación entre evolución y éxito reproductivo:
El experto aplicó un método estadístico a los vínculos entre la
vida relativa de éxito reproductivo (rLRS, por sus siglas en inglés), y
variantes de genes relacionados con rasgos como la edad de primera menstruación
a través de estudios de asociación con el genoma.
La rLRS es un indicador de aptitud evolutiva que cuantifica el
potencial reproductivo de una persona. “En mi estudio examino si las variantes
genéticas asociadas con diferentes fenotipos tienen incidencia en el éxito
reproductivo, es decir, el número de niños que una persona nunca engendró. La
selección natural se produce cuando las variantes genéticas asociadas con un
fenotipo reducen el éxito reproductivo”, explica el investigador.
Para ello, creó unas ‘puntuaciones poligénicas’ con las que predecir
la capacidad reproductiva de las personas a partir de fenotipos como los
niveles de glucosa en sangre, el nivel educativo o el padecimiento de
enfermedades mentales como la esquizofrenia. “Efectivamente, esto pone a prueba
si de verdad existe un vínculo directo entre estos aspectos y el éxito
reproductivo, fundamental para comprender si existe o no selección natural”,
comenta el científico.
El autor analizó datos de estadounidenses con ascendencia
europea que nacieron entre 1931 y 1953 a través del Estudio de Salud y
Jubilación. Este trabajo recoge la salud de alrededor de 20.000 personas
mayores de 50 años.
Cambios lentos y continuos:
Los
resultados de esta investigación muestran asociaciones negativas entre la rLRS
y el nivel educativo, de tal forma que la selección natural habría afectado más
a las personas con un nivel de instrucción menor. “Mi estudio no responde por
qué el nivel de instrucción ha sido objeto de selección natural, solo demuestra
que es un factor afectado en mi muestra de estudio”, puntualiza Beauchamp.
Además, encontró evidencias –menos sólidas– de que la selección natural se
notaría en el retraso en la edad de menarquía de las mujeres.
Sin embargo,
el autor advierte que este trabajo solo es aplicable a la generación directamente
posterior a la analizada. “Todavía evolucionamos, pero a un ritmo que no tiene
nada que ver con los grandes cambios que se produjeron en el pasado”, remarca a
Sinc el autor.
Como en el
pasado, las causas de la evolución genética de los humanos se debe a factores
medioambientales, pero también culturales y sociales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario