Fuente, Naciones Unidas: Al nivel global, los tratamientos antirretrovirales
han salvado 20,8 millones de vidas. Desde el año 2000, 3,4 millones de niños
han recibido protección contra el VIH gracias a la prevención de los programas
de transmisión vertical. Cinco países - Botsuana, Eswatini, Rwanda, la
República Unida de Tanzania y Zimbabue - ya han alcanzado los objetivos de
95-95-95 de cobertura de pruebas del VIH, tratamiento y supresión viral. Y
otros 16 países están cerca de alcanzar esas coberturas. Más de 2,5 millones de
personas en 2022 utilizan ya la profilaxis previa a la exposición, según el
Informe (resumen ejecutivo en español)
Pero el sida cobró una vida cada minuto durante 2022. Se
produjeron 1,3 millones de nuevos casos de infección por el VIH y
9,2 millones de personas siguen sin tener acceso al tratamiento,
incluyendo 43% de los niños que viven con el VIH. En 54 países, el 59% de las
personas mostraban actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con
el VIH, y en 13 países, más del 75% de los encuestados denunciaron actitudes
discriminatorias. Las personas que viven con el VIH enfrentan altos niveles de
estigma y tienen 2,4 veces más probabilidades de retrasar su búsqueda de
atención sanitaria hasta que ya están muy enfermas.
La epidemia del
VIH sigue afectando más a los grupos de población clave que a la población
general. En el año 2022, la prevalencia del VIH fue 11 veces mayor entre los
gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que entre los
adultos de entre 15 y 49 años. De la misma manera, la prevalencia de VIH fue 4
veces superior entre las trabajadoras sexuales, 7 veces superior entre las
personas que se inyectan drogas y 14 veces superior entre las personas trans
que entre los adultos.
Los grupos de
población clave se enfrentan a un aumento de la violencia y el estigma,
especialmente las personas transgénero.
Al nivel de
Guatemala, los datos muestran que, en 2022:
- Se estima había un
total de 31,000 personas con VIH. De éstas, 97% conocen su diagnóstico, el
79% de las personas que conocen su estado están en tratamiento
antirretroviral, y 93% de las personas en tratamiento han logrado una
supresión viral, es decir un nivel reducido de VIH en la sangre. Este
último porcentaje es un reflejo del éxito del programa nacional de VIH en
mantener esas personas a este nivel reducido, ayudándoles a conservar la
salud y a disfrutar una vida más larga, y reduciendo en gran medida la
probabilidad de que transmita el VIH a otros.
- Se estima que hubo 470
muertes relacionadas con el sida (incluso 140 muertas de niños de 0 a 14
años), una reducción de 9% en comparación con 2021, y del 35% en
comparación con el 2010.
- Se estima que hubo
1,200 nuevas infecciones de VIH, como el año anterior. 350 adolescentes y
jóvenes de entre 15 y 24 años contrajeron el VIH. Es decir, una nueva
infección al VIH cada día entre este grupo de edad. Lo que resalta la
necesidad de impulsar acciones de prevención para jóvenes.
Los datos y
ejemplos presentados en este informe dejan muy claro cuál es ese camino para
lograr el éxito en esta década. Las respuestas al VIH tienen éxito cuando
están ancladas en un fuerte liderazgo político para:
- seguir la evidencia e
implementar las nuevas herramientas de prevención, diagnóstico o
tratamiento de la forma más rápida y eficaz posible, y dirigidas a las
personas de mayor riesgo;
- abordar las
desigualdades que frenan el progreso y cambiar las prácticas discriminatorias
que están perpetuando la pandemia, al exacerbar los riesgos de infección y
la violencia;
- capacitar a la
comunidad y a las organizaciones de la sociedad civil en su papel vital en
la respuesta; y
- garantizar una
financiación suficiente y sostenible.
Los logros de
la respuesta mundial al VIH también tienen una relevancia e impacto más
generales. El fortalecimiento de los sistemas de salud y comunitarios que los
sustentan están trayendo beneficios que se extienden más allá del ámbito de la
salud pública y se suman al progreso hacia varios otros Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
Al proteger las
vidas y los medios de vida de millones de personas, los programas contra el VIH
las protegen contra la pobreza y la inseguridad alimentaria, permitiéndoles
apoyar financieramente la escolarización de sus hijos, y contribuir a la
reducción continua de las muertes infantiles y de la mortalidad materna.
Para más
información escriba a Daniel De Castro decastrod@unaids.org
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