El primer parque solar público
del país ha empezado a generar energía menos de quince días después de que un
gobierno regional bloqueara un parque solar aún mayor, de 88 MW.
El promotor neozelandés de energías renovables
Lodestone Energy anunció la semana pasada que el parque solar Kaitaia, de 39,4
MW y situado en el extremo norte de la Isla Norte, ha empezado a generar
energía. Se trata del primer
parque solar a escala comercial de Nueva Zelanda.
La adopción de la energía solar en Nueva Zelanda no ha
seguido la misma trayectoria que en su vecino trans-tasmánico, Australia. Según
la Autoridad de Electricidad de Nueva Zelanda, en octubre de 2022 solo había
43.641 sistemas solares instalados en todo el país, que sumaban 240 MW.
Compárese con Australia, que en el último recuento
cuenta con más de 3,4 millones de instalaciones en tejados y más de 100
sistemas solares a escala comercial.
La construcción de la granja solar de Kaitaia empezó a
principios de año y consta
de más de 60.000 paneles fotovoltaicos que producen 56 GWh
de energía al año.
Los paneles solares se elevan más de 2 m sobre el
suelo para permitir que las ovejas sigan pastando y el crecimiento potencial de
ciertos cultivos.
Este proyecto marca el comienzo de una
nueva era energética en Nueva Zelanda.
Kaitaia es el primer parque solar de
esta envergadura y constituye un paso clave para ayudar a Nueva Zelanda a
cumplir sus objetivos climáticos. También es de crucial importancia para
nuestros clientes, que han contratado con nosotros para cumplir sus propios
objetivos de energía sostenible.
Gary
Holden, director general de Lodestone Energy.
Lodestone también está desarrollando
otros parques solares, entre ellos el de Edgecumbe, de 32 MW, en fase de
construcción. Otros proyectos en el calendario de Lodestone son los de
Waiotahe, Whitianga y Dargaville.
Sin embargo, al mismo tiempo que
Lodestone se acercaba a la primera generación de energía en Kaitaia, el Consejo
del Distrito de Mackenzie y Environment Canterbury denegaron el permiso para la
construcción de un parque solar de 88 MW.
El proyecto, propuesto por Andrew y
Karen Simpson, de Balmoral Station, cerca del lago Tekapo, contó con la
oposición de la Sociedad de Defensa Medioambiental por considerar que amenazaba
la biodiversidad autóctona.
Los tres comisarios que supervisaron la
solicitud estaban preocupados por cómo sobrevivirían las plantas autóctonas a
la sombra y el cobijo de los paneles solares. Al parecer, los expertos temían
que, con el pastoreo continuado de ovejas, las plantas exóticas acabaran
dominando la zona y aniquilando a las autóctonas.
Los comisarios concluyeron que el huerto
solar «contribuiría a la pérdida acumulada de biodiversidad terrestre en la
cuenca del Mackenzie«.
La energía solar sólo representa una
pequeña parte de los futuros planes neozelandeses en materia de energías
renovables, ya que la Autoridad de la Electricidad prevé que entre el 1% y el
6% de la electricidad del país proceda de la energía solar en 2035.
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