Más allá de la fascinación que genera
el fin del mundo, los 4 jinetes del Apocalipsis arrojan luz sobre las angustias
principales del ser humano. Aquí te explicamos qué representan.
stá escrito en el sexto capítulo del Libro de las Revelaciones, de la Biblia. En medio de la confusión de un mundo que llega a su fin, el
cielo se abrió. De las alturas, emergieron 4 corceles imponentes, según narra
el pasaje antiguo. Cada uno cargaba en sus espaldas a cuatro hombres, con
objetos y vestiduras diferentes. Históricamente, a estas apariciones se les conoce como los jinetes del
Apocalipsis.
Según la iconografía judeocristiana, los jinetes del Apocalipsis
representan algunas de las desgracias
más graves de la humanidad. El hambre, la guerra, la peste y la muerte
serían, según este fragmento de la Biblia, las 4 condicionantes que conducirían al mundo a su exterminio final.
Más allá del relato fatalista, son símbolos de angustias fundamentales que
compartimos los seres humanos. Aquí te explicamos porqué.
Blanco, bermejo, negro y amarillo
Cuatro Jinetes del Apocalipsis, por Viktor Vasnetsov (1887). /
Wikimedia Commons. En la iconografía cristiana,
los jinetes del Apocalipsis representan las
grandes catástrofes que llevarán a la humanidad a la destrucción absoluta.
Montados sobre caballos magníficos de pelajes blanco, bermejo, negro y
amarillo, representan respectivamente la
Conquista, la Guerra, el Hambre y la Muerte.
Los colores de los animales no son casualidad, tampoco. A través
de la historia, diversos eruditos aseguran que el
primer jinete es Jesús, cargando un arco para vencer al mal en el mundo. El
caballo bermejo —que es una tonalidad específico de rojo— apela al derramamiento de sangre en los
encuentros bélicos. En contraste, el caballo negro simboliza las temporadas sombrías de hambre. Por
último, el jinete sobre un corcel pálido —o blanco— se
asume que es el ángel de la muerte.
Asimismo, los objetos que empuña cada uno de los jinetes del
Apocalipsis tienen una carga simbólica.
El primero, que se interpreta como el vencedor, trae consigo un arco cargado
con flechas, para terminar con el
dominio maligno en la Tierra. Por su parte, el segundo porta consigo una
espada enorme; por lo que simboliza la violencia en la guerra. El tercero lleva
consigo una balanza, que se interpreta como signo de justicia. Por último, el
jinete del caballo blanco empuña una hoz.
Históricamente, existe un debate centenario sobre la identidad del hombre que monta el caballo
blanco entre los jinetes del Apocalipsis. Hay opiniones encontradas
sobre quién es realmente este personaje, ya que los elementos que le acompañan
son confusos:
“El primer jinete, un conquistador con arco y corona, monta un
caballo blanco, que los eruditos a veces interpretan como símbolo de Cristo o
el Anticristo”, explica Britannica.<
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La narración bíblica podría apuntar hacia ambos extremos. Ya sea Jesús, abriéndose camino para vencer al mal;
o bien, Satanás, saliendo victorioso
de la última batalla para dominar el mundo. Algunos historiadores se inclinan por la primera opción, ya que
algunos versos más adelante, se señala que este
jinete lleva consigo la Palabra de Dios.
Sin embargo, en medio del caos que provoca el fin del mundo,
también podría interpretarse que se trata del Príncipe de las Tinieblas, liderando a su ejército de energúmenos y espíritus infernales. Por
ello, en diversas representaciones medievales los signos parecen estar
cruzados: el jinete del caballo blanco siempre se muestra con una aureola
alrededor de la cabeza, y con una expresión
sombría en el rostro
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