Sin una educación de
calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a
lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género
ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y
adultos.
Aprender para una paz duradera:
El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar a
los estudiantes de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y
comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus propias
comunidades. Los cimientos de las sociedades más pacíficas, justas y
sostenibles se sientan a través de la educación, una fuerza que impregna todas
las facetas de nuestra vida cotidiana y nuestras perspectivas generales. Frente
a la escalada del cambio climático, la erosión democrática, las desigualdades
persistentes, la creciente discriminación, los discuros de odio, la violencia y
los conflictos en el mundo, la educación emerge como una poderosa herramienta
para abordar y prevenir estos retos en el futuro. Además, cuando se configura y
aplica eficazmente, la educación es una inversión a largo plazo con
rendimientos al alza.
Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca y la educación
es fundamental en este empeño.
Antecedentes
La
educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad
colectiva.
La Asamblea
General de las Naciones Unidas proclamó el
24 de enero Día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la
educación desempeña en la paz y el desarrollo.
La educación
es un derecho humano
El derecho
a la educación está consagrado en el artículo 26 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos. La declaración exige la educación primaria
gratuita y obligatoria. La Convención sobre los
Derechos del Niño, adoptada en 1989, va más allá al estipular que
los países deberán hacer que la educación superior sea accesible para todos.
La educación
es clave para el desarrollo sostenible
Cuando se
adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional
reconoció que la educación es esencial para el éxito de sus 17 objetivos. El
Objetivo número 4 de Desarrollo Sostenible tiene, concretamente, como objetivo
“garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover
oportunidades de aprendizaje permanente para todos” para el año 2030.
Los desafíos
para lograr la educación universal.
La
educación ofrece a los niños y las niñas una oportunidad de salir de la pobreza
y un camino para alcanzar un futuro prometedor. Sin embargo, 244 millones de
niños y jóvenes están sin escolarizar, 617 millones de niños y adolescentes no pueden
leer ni tienen los conocimientos básicos de matemáticas; menos del 40 por
ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de
secundaria de ciclo inferior y unos 4 millones de niños y jóvenes refugiados no
pueden asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve
afectado y eso es inaceptable.
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