La
Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", una de las obras más
emblemáticas de Clorindo Testa, fue declarada monumento histórico nacional. Clorindo Manuel José Testa nació el 10 de
diciembre de 1923 en Italia, y a los pocos meses de vida se mudó a la
Argentina. Estudió primero ingeniería electromecánica, en la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP), pero cambió de carrera para formar parte de la
primera camada de egresados en la nueva Facultad de Arquitectura y Urbanismo,
en 1948.
Entre
sus obras más importantes se
destacan el Hospital Naval de Buenos Aires,
la Casa Di Tella, el Banco de Londres y América del Sur, el Centro Cultural
Recoleta de Buenos Aires, el Balneario La Perla de Mar del Plata, la Casa La
Tumbona de Ostende, el Museo del Libro y, probablemente la más famosa, la Biblioteca
Nacional Mariano Moreno, declarada Monumento
Histórico Nacional el 27 de
noviembre de 2019 con la publicación del decreto 791.
Murió el 11 de abril de 2013, a los
89 años.
9 Curiosidades de la Biblioteca
Nacional
1-El proyecto del edificio es el resultado del concurso que se
lanzó en 1961 para construir un nuevo edificio para la Biblioteca Nacional.
Desde 1901, esa institución funcionaba en México 564, en el centro de la Ciudad
de Buenos Aires, donde Borges tuvo su despacho cuando ocupó el cargo de
director, y las condiciones edilicias ya no garantizaban una conservación
adecuada para los libros.
2-En el terreno donde había que desarrollar el proyecto
había estado la ex residencia presidencial, donde falleció Eva Perón.
3- Clorindo
Testa presentó el proyecto ganador en coautoría con los arquitectos Francisco
Bullrich y Alicia Cazzaniga. En general, Testa trabajaba en las grandes ideas,
el concepto detrás de cada obra y el diseño a nivel macro, y sus colaboradores
se adentraban en los detalles de cada proyecto.
4- Las bases del concurso indicaban que los depósitos -la
parte a la que el público no accede- debían ser expandibles, porque el número
de libros siempre crece. Además, había que respetar el espacio público y dejar
espacios abiertos al nivel de la planta baja. De esas condiciones surgió el
momento eureka del arquitecto: decidió invertir el esquema tradicional de las
bibliotecas -las salas de lectura solían estar al nivel de la tierra y los
depósitos elevados- y poner los depósitos bajo tierra y las salas elevadas, con
vista al Río de la Plata. Así, logró dejar abierta la vista desde Agüero hasta
Austria.
5-La
imagen que se le vino a Testa apenas logró resolver el problema en su cabeza
fue la de un mastodonte. Los pilares de hormigón serían las cuatro patas y la
estructura que sostienen, el cuerpo.
6- El
edificio pertenece a la corriente del brutalismo, la expresión más extrema del
movimiento moderno. Dejar a la vista los materiales que forman la estructura,
como el hormigón, y las estructuras geométricas “brutas” son algunas de las
características de esta línea arquitectónica, que tiene a Le Corbusier como uno
de sus precursores.
7- La piedra fundacional de la construcción del
edificio fue colocada en octubre de 1971 y la obra terminó en la presidencia de
Carlos Menem, en 1992. Cada cambio en la administración pública significó
retrocesos, cambios, frenos y avances para la obra. Sobre su avance, dijo Testa
en una entrevista, citando una frase de Goethe: “Siguió su ritmo lento, sin
prisa y sin pausas, como una estrella”.
8- El
proyecto original incluía unos parasoles en los pisos superiores, que iban a
frenar la entrada del sol, pero no fueron construidos.
9-Clorindo Testa era un hombre de rutinas firmes: usaba el
mismo traje gris todos los días y tomaba café en el mismo lugar, a pasos de su
estudio en Santa Fe y Callao. De esa apariencia estructurada salía la
creatividad que hizo posible edificios emblemáticos de la arquitectura
argentina, como el Banco de Londres -en el microcentro porteño, el Centro
Cívico de Santa Rosa, en La Pampa, y nuestra Biblioteca Nacional.
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