Iniciaron su
actividad en la cuenca lechera de Rafaela y ahora proponen una transformación
en los procesos productivos tradicionales, contemplando un conjunto de
prácticas que constituyen a sistemas agropecuarios más sostenibles.
Un grupo de productores agropecuarios, sostenidos por el apoyo del INTA
Rafaela, trabajan con estrategias de
producción no convencionales en ganadería y agricultura desde hace casi tres años.
Cuenta con 35 miembros
activos que
crearon una red de articulación con distintos
actores del territorio, público y privado, para dar respuesta a
la diversidad productiva con foco en la producción sostenible y a las realidades que
caracterizan y dan identidad al grupo.
La actividad
del grupo comprende a las Agencias de Extensión Rural de Esperanza, Carlos
Pellegrini, Ceres y Castellano, con cinco técnicos que acompañan el proceso de los “Madre Tierra” y que en cada reunión proponen
un tema técnico productivo y realizan un seguimiento en los recorridos a campo.
“El camino de transición, pasar de una
producción tradicional a buscar otras maneras de producir, tiene sus idas y
venidas. Es un proceso que implica mucho
conocimiento, implica mucho trabajo, y mucha ingeniería”,
aseguró Fabiana Beccaria,
una de las extensionistas a cargo del proyecto.
Desde el INTA están convencidos que
la construcción de aprendizaje es colectiva y que la agroecología tiene como
una de sus bases al trabajo en conjunto. Es así que su apoyo hacia el grupo
lleva más de dos años de reuniones, de trabajo ininterrumpidos mensuales a las
que se le fueron sumando productores.
“Somos un colectivo compuesto por
productores, productoras y profesionales que acompañan procesos de producción agroecológica”, cuenta
Beccaria, quien desarrolla su actividad de investigación desde el INTA Castellano.
PROPUESTAS Y TRABAJO ARTICULADO
El grupo se conforma a partir de la
propuesta de comenzar a intercambiar lo que se hace en cada experimental del
grupo regional de agroecología, el que incluye a profesionales vinculados a la
temática de las tres estaciones experimentales de la provincia: Oliveros, Reconquista y Rafaela.
El beneficio de trabajar
articuladamente tiene que ver con que son tres ambientes diferentes, donde se
busca replicar en esos tres espacios diferentes protocolos
unificados de manejo sustentable en campos agrícolas y ganaderos.
Los temas que abordan varían desde la
utilización de bioinsumos, la adecuación de producciones en los espacios
periurbanos, la comercialización y el valor agregado, el diseño de los sistemas, entre otros. En todos ellos, el
productor tiene un rol fundamental porque el sustento del mismo es aplicado
tranqueras adentro en sus campos.
“Buscamos
generar una red que favorezca no solo el intercambio de información técnica y
científica sobre el tema, sino también generar estrategias de trabajo común
que articule toda la provincia”, advierte la extensionista.
SER RESILIENTES CON EXPERIENCIAS
Hernán Mauro, uno de los miembros del grupo Madre Tierra, trabaja en
una empresa familiar en la que manejan dos unidades productivas, una en Cañada Rosquín y otra en Las Bandurrias.
La primera es agrícola ganadera, con la idea de en los próximos
tres años sea 100% ganadera. En tanto, la segunda es una unidad
productiva de ganadería.
Para el productor, llegar al campo y
ver cortinas forestales, pasturas florecidas con flores de
distintos colores, insectos, la hacienda pastando tranquila (algunos acostados, otros
comiendo en armonía) “nos hace sentir parte de ese ecosistema y genera
felicidad”.
Mauro destacó
que el negocio de la agricultura, tal cual como se hizo en
los últimos 10 años, “ya está agotado”.
“Hay que pensar en otro tipo de
sistema. Hoy, entre los costos productivos, el valor del alquiler y los
rendimientos, hacen que el margen
bruto de la actividad sea muy bajo y no concuerde con el riesgo que uno asume”,
explicó convencido.
Madre Tierra para muchos de los productores es un grupo de
contención en el que se plantea la producción de una manera diferente. Lo
interesante de la propuesta es la unión entre los miembros para compartir
experiencias, para hacer las cosas de otra manera ya que hay varias
experiencias exitosas.
PRODUCIR EN ARMONÍA
El grupo se propone lograr sistemas
mucho más resilientes, en donde se vive y produce de otra forma, con la mayor
armonía posible con la naturaleza. Desde lo técnico, contribuyen con el
intercambio de información.
“Los errores que yo cometí los comento en el grupo para
que otro lo pruebe de otra manera o no lo cometa”, cuenta Mauro.
Además, comparte que los sistemas
agroecológicos son más estables, menos insumo dependiente, y por ende más
económicos a la larga.
“La ganadería, de la forma en la que
la hacemos nosotros, es un sistema completamente
distinto, que incluso te da una independencia económica del sistema y eso
también da tranquilidad”, insistió.
El primer cambio en los procesos
productivos es ser crítico a la hora de tomar decisiones, no tomarlas porque el
sistema dice que hay que tomarlas. “En eso me refiero a el uso de agroquímicos
en el que uno se plantea otros umbrales de acción para la toma de
decisiones para esas aplicaciones. Lo cual requiere un esfuerzo y un tiempo
completamente diferente al sistema agrícola convencional, es decir usar nada más que lo
necesario”, puntualizó.
El productor
detalló que en los lotes agrícolas, de cultivos de cobertura, de cultivos de
invierno, es clave la incorporación de insumos
biológicos para reemplazar insumos químicos. Pero también destacó: “la
incorporación de la ganadería dentro del sistema, el uso en algunos elementos
de labranza mínima, superficial, para control de
malezas, también es una opción”.
PROCESOS ALENTADORES
Los productores que intervienen en
Madre Tierra aseguran que este sistema llegó para quedarse y las expectativas
de progreso son marcadas. “Que hoy INTA esté involucrado en esta
experiencia es muy alentador”, sostienen en el grupo.
En la medida que se pueda generar y
compartir información validada por personas que se dedica a eso, y ver que se
pueden hacer las cosas de otra manera, es sumamente importante para reflejar
con datos reales esta novedosa manera de hacer agricultura y ganadería.
“Se trata de imitar a la
naturaleza que es muy sabia y trabajar juntos en la obtención de frutos
económicos, pero también de usar la razón, la coherencia y en ese contexto,
establecernos nuestros sistemas productivos”, enfatizó el entrevistado.
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