La expresión “el amor no lo es todo” es muy cierta. En una
relación, además de amor, hacen falta muchas otras cosas como los límites. Los límites nos ayudan a construir relaciones
saludables, empáticas, asertivas y de respeto mutuo.
Poner
límites en la relación siempre ha sido de vital importancia para poder tener
relaciones saludables y, por ende, poder tener una buena salud mental. Aun así,
en muchas ocasiones, nos cuesta ver cuáles son los límites saludables que
tenemos que poner o nos cuesta respetar los límites del otro.
¿Qué son los límites en la relación?
Los límites, tal y como podemos ver en el diccionario de la Real
Academia Española (RAE, 2023), son definidos como “una línea real o imaginaria que separa dos terrenos”.
Esta definición la podríamos trasladar al ámbito de la pareja porque, al fin y
al cabo, los límites dentro de una pareja son una línea imaginaria que se
establece y que la otra persona no puede traspasar.
En el área de la pareja,
estos límites son cruciales, porque nos ayudan a establecer actitudes saludables
para tener una relación de pareja satisfactoria. También son una serie de pautas que marcarán la interacción que tengamos
con la otra parte.
Cuando no se establecen límites, pueden aparecer algunos de los
siguientes problemas: no alcanzar nuestros objetivos, dependencia emocional, permitir que la otra persona decida por nosotros,
que la otra persona se aproveche de nosotros, no mirar por nuestro propio
bienestar y tener baja autoestima, entre otros.
Las personas que ponen límites suelen ser
personas que: tienen claro qué es lo que quieren,
tienen una buena autoestima, tienen relaciones más sanas y, por todo
ello, tienen menos ansiedad, menos sentimientos de tristeza, son más seguras,
etc.
En las relaciones de pareja hay diferentes tipos de límites, los más
importantes son:
·
Límites físicos o sexuales. Son aquellos
relacionados con el espacio personal o el contacto físico. Dentro de esta
categoría estarían los límites sexuales, es decir, hasta dónde estamos
dispuestos a llegar cuando mantenemos relaciones sexuales.
·
Límites emocionales o sentimentales. Aquí entrarían
aquellos límites relacionados con la escucha y el respeto de las emociones.
Además de los anteriores, también estarían
los de tiempo (cuánto tiempo estamos dispuestos a pasar con nuestra pareja) o los de comunicación (cómo vamos a comunicarnos y qué no vamos a
permitir).
Cómo establecer límites
saludables en la relación
Muchas veces no sabemos cómo poner límites sanos en una
relación. Por ello, vamos a mostrarte cuál podría ser el proceso para ello:
·
Conocer
tus propios límites. Es muy importante que, antes de
poner límites, te analices y reflexiones sobre cuáles son tus propios límites.
No podemos pedirle a alguien que los respete si antes no nos hemos parado a
pensar cuáles son. Es decir, tienes que conocer hasta dónde quieres llegar y
hasta dónde vas a dejar a la otra persona que llegue. Esto te llevará a un
proceso de autoconocimiento.
·
Comunicar
tus límites al otro de manera clara y respetuosa. Una
vez que tengas claros los límites, es fundamental que se los comuniques a la
otra parte de manera clara y respetuosa. Para lograr una comunicación efectiva,
puedes utilizar la asertividad.
·
Ser
consistente en la aplicación de tus límites. Después
de comunicarlos es fundamental que seas consistente a la hora de aplicar los
límites. En otras palabras, si ves que la otra parte sobrepasa los límites,
tienes que hacérselo saber. Asimismo, es relevante que siempre te preocupes de
que respete tus límites. Cuando los límites se respetan unas veces y otras
veces no, también se da lugar a una relación tóxica o poco saludable.
·
Escuchar
los límites del otro y respetarlos. De la misma manera que
ponemos límites a los demás, también es importante que escuchemos los límites
de la otra parte y que hagamos todo lo que está en nuestra mano por respetarlos.
Todos los pasos anteriores te ayudarán a construir una relación
basada en la empatía y en el respeto mutuo.
Cómo respetar los límites
del otro
Es tan importante saber poner límites como saber respetar los de
los otros. El proceso adecuado para respetar los límites de los demás, debería
ser similar al siguiente:
·
Escuchar
y respetar los límites que el otro ha establecido.
Como hemos comentado en el apartado anterior, es fundamental que sepamos
escuchar de manera activa y respetar los límites que la otra persona ha puesto.
·
Evitar
la manipulación o presión para que el otro cambie sus límites. No
solo hay que escuchar y respetar sino que también tenemos que evitar manipular a la otra persona. Muchas
veces, cuando algo no nos gusta tenemos tendencia a ejercer presión sobre la
otra persona con la finalidad de que cambie de parecer. Sin embargo, esto no
sería correcto y sería una práctica bastante agresiva. Recordemos que el estilo
comunicacional adecuado para tener relaciones sociales, incluidas las de
pareja, es el asertivo. En el caso de que algo no nos guste, podemos iniciar un
proceso de negociación.
·
Ser
comprensivo y respetuoso con los sentimientos del otro. Además
de los dos requisitos anteriores, tenemos que mostrar empatía, siendo
respetuosos y compresivos no solo con los límites, sino también con los
sentimientos de nuestra pareja.
Qué hacer cuando los límites
son violados
Es fundamental que tengamos claro qué hacer cuando se violan los
límites que hemos establecido. Para ello, es importante:
Cómo reconocer cuando se han violado tus
límites.
Para saber cuándo se han violado tus límites, lo más importante
es que sepas cuáles son. Como hemos comentado en uno de los apartados
anteriores, debes hacer un
proceso de autoconocimiento y reflexión que te permita saber cuáles son. Una
vez que los tengas claros, apúntalos o tenlos siempre presentes. Si tu pareja
los sobrepasa, establece una “alarma roja” con el objetivo de que puedas
empezar a gestionar la situación.
Cómo manejar la situación cuando los
límites son violados.
Lo ideal es que le comuniques a tu pareja de manera
asertiva que ha sobrepasado los límites que has establecido. Te
recomendamos que utilices técnicas asertivas para ello.
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