Este 8 de marzo se
conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer y queremos homenajear a
algunas de las más influyentes de la historia argentina.
Macacha Güemes:
María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada, conocida como “Macacha”, nació el
11 de diciembre de 1787 en Salta. Hermana del General Martín Miguel de Güemes,
es una de las mujeres más importantes de la Independencia argentina ya que, a
partir de 1810, trabajó junto a su hermano en la causa revolucionaria
realizando trabajos de espionaje y logística y, luego, cuando Martín fue
gobernador, como una ministra aunque sin el título oficial porque era mujer.
Comandó junto a su hermano a “Los
Infernales”, un ejército de gauchos que combatió en el norte del país a las
tropas españolas. Macacha fue esencial para la firma de la Paz de los Cerillos,
en el marco de un conflicto entre Martín Miguel y el general Rondeau al mando
de las fuerzas de Buenos Aires, hecho fundamental para la firma de la
independencia. Murió el 7 de junio de 1866.
María Eva Duarte de Perón:
María Eva Duarte nació en Los Toldos,
Provincia de Buenos Aires, el 7 de mayo de 1919. Fue actriz hasta que conoció
al General Juan Domingo Perón y se casó con él. Desde ese momento se transformó
en una mujer clave para la historia política argentina, siendo uno de sus
logros más destacados la promulgación de la Ley de sufragio femenino, en
1947.
Un año antes, en 1946, intervino en
1946 la Sociedad de Beneficencia e impulsó la Fundación Eva Perón, desde la
cual se hizo cargo de las problemáticas de las y los más humildes.
Gracias a su figura las mujeres
argentinas comenzaron a participar en política (en 1949 se fundó el Partido
Peronista Femenino) y se transformó en una guía para millones de personas que
la siguen hasta hoy, ya que hubo un antes y un después de la aparición de
“Evita”.
Tras batallar contra un cáncer de
útero, murió el 26 de julio de 1952. Y nació el mito.
Juana Azurduy:
Nació el 12 de julio de 1870 en
Chuquisaca (hoy Bolivia). Se unió, junto a su marido Manuel Ascencio Padilla,
al Ejército del general Belgrano. Formó el batallón denominado “Los Leales”,
que colaboró en el éxodo jujeño, transportaron entre montañas la artillería en
Vilcapugio y sufrieron en la primera línea la derrota de Ayohuma. En 1814 el
batallón logró un enorme triunfo en Tarvita, por lo que el general español
Joaquín de la Pezuela ordenó la persecución y ejecución del matrimonio. Madre
de cuatro hijos, Juana se refugió con ellos en el Valle de Segura, pero los
cuatro murieron de malaria. Luego de eso Azurduy se entregó completamente a la
vida militar, aunque entre combate y combate tuvo una hija.
En 1816, luego de la batalla de La
Laguna, Manuel Padilla fue decapitado. Juana recuperó la cabeza de su marido,
que era exhibida como símbolo de escarmiento a los rebeldes. Belgrano la
asciende a teniente coronel y le reconocen el derecho al uso legal de la
jerarquía, el uso de uniforme militar y el mando de tropas, sin embargo Juana
murió un 25 de mayo de 1862, a los 81 años de edad, sin reconocimiento ni
honores militares. El poder Ejecutivo Nacional decretó su ascenso post mortem a
general de la Nación en el año 2009.
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