Contrario a la creencia convencional de limitar la comprensión del
aprendizaje a su adquisición, almacenamiento o recuperación, este estudio
sugiere que el aprendizaje es un estado funcional continuo. El trabajo abre
nuevas perspectivas para la investigación neurocientífica y el desarrollo de
terapias para trastornos neurológicos de origen cerebeloso.
Sevilla |
marzo de 2024: Entender los mecanismos que subyacen al aprendizaje y la memoria
es uno de los mayores desafíos en neurociencia. El aprendizaje motor consiste
en la adquisición de nuevas habilidades motoras con la práctica y requiere de
la participación (activación y sincronización) de diversas estructuras, entre
ellas el cerebelo. Esta estructura es crucial en la coordinación y precisión de
actos motores ya que ayuda a ajustar y mejorar la ejecución de tareas motoras
complejas. De hecho, el cerebelo ha sido considerado clásicamente una
estructura muy importante en la adquisición, almacenamiento, temporización y
ejecución de un aprendizaje motor.
En un descubrimiento que redefine la comprensión del aprendizaje como un
proceso dinámico y constante en el cerebro, el equipo de investigación de
la División de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide,
ha desentrañado los secretos funcionales del núcleo interpositus (IPn) del
cerebelo. Contrario a la creencia convencional de limitar la comprensión del
aprendizaje a su adquisición, almacenamiento o recuperación, este estudio
sugiere que el aprendizaje es un estado funcional continuo.
La
investigación se centró en el condicionamiento clásico de respuestas de
parpadeo en conejos, registrando la actividad de las neuronas del
IPn mientras estos animales llevaban a cabo tareas de aprendizaje
asociativo. “El condicionamiento clásico del reflejo corneal es un tipo de
aprendizaje motor en el que el animal aprende a asociar dos estímulos, un
estímulo neutro o condicionado (sonido) que por sí solo no produce ningún tipo
de respuesta en el animal, con un estímulo incondicionado (soplo de aire
dirigido hacia la córnea) que produce de manera refleja el cierre del párpado
del animal. De manera que, tras varias presentaciones de estos estímulos
juntos, cuando el animal recibe el reflejo condicionado (sonido) que antes no
producía respuesta, ahora sí que produce una respuesta (respuesta
condicionada), el cierre del párpado”, explica la investigadora de la UPO Rocío
Leal.
Los resultados son reveladores, las
neuronas del IPn no solo reducen las señales de error a lo largo de las
sesiones de condicionamiento, es decir, a medida que el animal va aprendiendo,
sino que también aumentan y adelantan su actividad antes de la ocurrencia del
estímulo no condicionado, que en este caso era un soplo de aire dirigido hacia
la córnea del animal. “Esto sugiere que las neuronas del IPn generan
predicciones que optimizan en tiempo y forma la respuesta condicionada del
parpadeo, es decir, parpadear antes de recibir el soplo de aire”, expone Rocío
Leal.
Estos hallazgos son consistentes con
la idea de que el cerebelo opera bajo reglas bayesianas (una forma de
hacer inferencias en la que actualizamos nuestras creencias sobre una hipótesis
a medida que obtenemos nueva evidencia. Esto nos permite hacer predicciones más
precisas y tomar decisiones informadas en situaciones
inciertas), actualizando los pesos neuronales utilizando la historia
previa. Este enfoque bayesiano implica que el cerebelo compara estados
predichos con estados reales, aprende de los errores y actualiza su
representación interna para minimizarlos.
“Imagina que estás esperando a tu amigo para estudiar
juntos y sabes que suele llegar a las 9 de la mañana. Pero, como hay tráfico, a
veces llega más tarde. Tu cerebro está haciendo un ‘juego de adivinanzas’ todo
el tiempo: ‘¿A qué hora llegará hoy?’. Basándose en lo que sabes y tu
experiencia propia, tu cerebro hace su mejor intento para responder esa
pregunta. Si está lloviendo y suele haber mucho tráfico, tu cerebro puede
pensar: ‘Probablemente hoy también habrá tráfico, así que mi amigo podría
llegar un poco más tarde’. Pero si escuchas que ha dejado de llover, habrá
menos tráfico de lo habitual, tu cerebro podría cambiar de idea y pensar:
‘Quizás no haya tanto tráfico hoy, así que mi amigo podría llegar más
temprano’. Tu cerebro hace esto todo el tiempo: recolecta información, hace
predicciones y ajusta sus predicciones basándose en la nueva información que
recibe. Y eso es lo que significa que el cerebelo funciona como un sistema de
inferencia bayesiano”, explica Rocío Leal.
Los resultados de este estudio,
publicado en la prestigiosa revista npj Science of Learning no
solo profundizan la comprensión fundamental del cerebelo y su papel en el
aprendizaje, sino que también abren nuevas perspectivas para la
investigación neurocientífica y el desarrollo de terapias para trastornos
neurológicos. “Este avance podría tener implicaciones significativas en campos
que van desde la neurología clínica hasta la inteligencia artificial inspirada
en el cerebro”, declara Rocío Leal.
Referencia:
Gloria G. Parras, José M.
Delgado-García, Juan Carlos López-Ramos, Agnès Gruart, Rocío Leal-Campanario. ‘Cerebellar Interpositus Nucleus Exhibits
Time-Dependent Errors and Predictive Responses’. Npj Science of Learning.
(2024)
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