jueves, 21 de marzo de 2024

UN DATO para BEBEDORES: en Argentina se podrá “desalcoholizar” el vino y hay expectativa en las bodegas exportadoras.

 

Luego de extensas pruebas y debates dentro de la cadena del vino, las nuevas autoridades en el Instituto Nacional de Vitivinicultura avanzaron en una fuerte innovación que podría servir para los mercados consumidores de bebidas sin alcohol.



El INV aprobó como práctica enológica lícita la desalcoholización de los vinos”, reza la página oficial de comunicados desde el Gobierno Nacional. Se trata de un paso clave para el desembarco de la producción vitivinícola argentina en nuevos mercados externos.

En julio del año pasado Infocampo contó los avances que se estaban realizando dentro de la cadena vitivinícola, con pruebas y testeos de metodologías para desalcoholizar la bebida.



Si vamos a hablar de consumo, la curva ascendente es impresionante, de los mayores aumentos vistos en el último tiempo”, explicó por ese entonces el enólogo Gustavo Egea, de Bodegas y viñedos Renacer.

 

VINOS SIN ALCOHOL: UNA APUESTA EXPORTADORA

Desde las autoridades de ese entonces del Instituto Nacional de Vitivinicultura informaban: “Habrá que ser muy creativos con las inversiones, y pensar en producir vinos con menor graduación alcohólica sin duda de aquí a los próximos años. Y a eso la industria puede hacerlo rápidamente”.



Las palabras de su exvicepresidente, Luis Sentinelli, marcaban el rumbo que la cadena analizaba con alguna cuota de escepticismo, pero a sabiendas de que la demanda principalmente desde países árabes, donde el consumo de alcohol se encuentra prohibido, podía ser una meca más que tentadora.

Además, por estos tiempos, analistas agrícolas que pusieron el foco en la cadena del vino dejaron ver la preocupación del sector por un posible sobre stock a raíz de una buena cosecha, pero conjugado con un mercado interno sin plata en el bolsillo.

 

Por eso, incrementar y garantizar la salida exportadora era uno de los principales reclamos desde las bodegas.

Sin embargo la idea de sacarle el alcohol al vino no terminaba de ser lo suficientemente consensuada entre productores y bodegueros.

El cuidado por su realización y la pretensión de equilibrar estructura, cuerpos y aromas era en ese entonces -y continuará siendo al menos en los primeros tiempos desde esta aprobación- un objetivo central de los elaboradores.

La reducción de alcohol no puede ser realizada según una receta estándar, pero debe ser equilibrada con la estructura, el cuerpo, y los aromas de vino. El punto ideal es esencialmente el equilibrio adecuado para lograr el estilo deseado. ¿Tánico o dulce? ¿Fresco o lleno? Las opciones de enólogo definen el carácter y el estilo de vino”, explicaron en tiempos de testeos desde Vason Group, especialistas en enología de precisión.

Una de las explicaciones a las que llegaron desde Vason Group es que además de la demanda desde los países que no consumen alcohol también existen cambios en los hábitos de consumo en otras sociedades. “Las tendencias recientes del mercado requieren vinos armoniosos y típicos, que son expresión de su propio territorio, sin verse afectados por un alto porcentaje de alcohol”, comentaron.

Por eso, destacaron, que “en muchos países vitivinícolas la solicitud de tecnologías de eliminación de alcohol ha ido aumentando rápidamente”.

 

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