La inteligencia va más allá del
cociente intelectual y puede dar la cara de diferentes formas según la
psicología. Y muchas hasta pueden entrenarse y mejorar nuestro desarrollo
personal.
“Inteligencia. Del lat.
intelligentia. Capacidad de entender o comprender. Aunque la RAE lo
define así, lo cierto es que parece que esa definición se
queda un poco corta cuando pensamos en lo que se considera una persona
inteligente”
Tener un cociente intelectual alto en la prueba de
Stanford-Binet, con un valor superior a los 130 puntos, se considera
una inteligencia excepcional. Si pasas de los 160 puntos, eres un genio. Pero
para la psicología, la inteligencia es mucho más. Según
Cipsa Psicólogos, “la inteligencia se define como la capacidad para
procesar, comprender y resolver problemas, para razonar y para emplear el uso
de la lógica.” Pero también implica la capacidad para incorporar nueva
información y relacionarla con la previamente aprendida y hacer uso de ella
cuando la situación lo requiere. Es la
herramienta que nos permite adaptarnos a la vida.
Así
que sí, la inteligencia es más que un cociente intelectual, y con ayuda de la
psicología vamos a contarte las
señales que indican que eres realmente inteligente.
Aceptas el cambio
Charles Darwin afirmaba que “No es la especie más fuerte
la que sobrevive, ni la más inteligente la que sobrevive. Es el que se adapta
más al cambio”. Y es que el cambio es una oportunidad de crecimiento y
aceptarlo es un sinónimo de inteligencia, especialmente si ese cambio es un
desafío para nosotros.
Te adaptas
Siguiendo en la línea del cambio, mostrarte con capacidad
de adaptación es un signo de inteligencia, porque nos permite superar
obstáculos. De hecho las personas inteligentes son expertas en modificar sus
procesos de pensamiento y las estrategias que usan en la vida a medida que esta
avanza. Es más, este hecho está muy ligado a la resolución de problemas que
requiere que tengamos un pensamiento rápido y creatividad para encontrar
soluciones.
Alfred Binet, psicólogo especializado en inteligencia afirmaba que “la inteligencia es la capacidad de tomar y mantener
una determinada dirección, adaptarse a nuevas situaciones y tener la capacidad
de criticar las propias acciones”. Lo que es lo mismo, la
capacidad de adaptación es inteligencia, así que la resiliencia también lo es.
Tienes curiosidad
Según el psicólogo Scott
Shigeoka, la curiosidad es un signo de inteligencia. Al hacernos
preguntas, estamos intentando comprender el por qué de las cosas y cómo
suceden. De hecho en su libro Seek: How Curiosity Can
Transform Your Life and Change the World, indaga
sobre la curiosidad y su poder para cambiar nuestra vida. Y ser
curiosa, es una señal de inteligencia.
Nunca dejas de aprender
Alguien inteligente siempre busca conocimiento,
sea del ámbito que sea y durante toda su vida. Es como una sed que nunca se
calma y que está presente cada día, y que se relaciona con el punto anterior.
Ya lo decía Dorothy Parker, “El aburrimiento se cura con curiosidad. La
curiosidad no se cura con nada”.
No temes a la soledad y la
disfrutas
Te hemos contado en otras ocasiones que la neurociencia ha revelado el efecto de la soledad en
nuestra salud mental, a nivel fisiológico y hasta en cómo procesamos
la información, y esos momentos a solas invitan a la reflexión y la
autoevaluación, lo que nos permite aprender y mejorar a nivel personal.
Según diversos estudios, las personas
con mayor inteligencia prefieren pasar tiempo en soledad. Si hacemos caso a
Iria Reguera, psicóloga y redactora jefa de Trendencias, pasar tiempo a solas es fundamental para nuestro
bienestar intelectual y emocional, y para aprender a relacionarnos
mejor con otras personas.
Te conoces muy bien
Este estudio publicado en Frontiers in Psychology explora el
concepto de autoconocimiento, incluyendo aspectos como la autoconciencia
afectiva. Se encontró que existía una correlación significativa entre la
inteligencia emocional y la autoeficacia, lo que sugiere que los individuos con
mayor inteligencia emocional y autoconciencia, también tienden a tener mayor
confianza en sí mismos y autoeficacia.
Tener autoconciencia incluye identificar y saber
procesar nuestras emociones, algo imprescindible en la responsabilidad afectiva que debemos
mostrar en nuestras relaciones, así que practicar esa autoconciencia no solo
nos ayuda a nosotras mismas, sino a quien nos rodea.
Tienes empatía
Según Iria Reguera la empatía es mucho más que la capacidad
de ponernos en el lugar de la otra persona. “Se trata de la
capacidad que tenemos las personas para entender los sentimientos y las
emociones de las otras personas”, afirma.
No podemos hablar de inteligencia sin hacerlo de la
inteligencia emocional y la empatía juega un papel fundamental en ella tal y
como vemos en este estudio publicado en Frontiers in
Psychology. En él se analizó cómo están conectadas la
inteligencia emocional y la empatía, y descubrieron que cuanto mejor entendemos
las emociones, mejor es la empatía. Están directamente relacionadas.
Escuchas y aprecias otros puntos
de vista
Seguimos con la inteligencia emocional y nos metemos de
lleno en algo en la comunicación. Escuchar a la otra persona cuando habla nos permite no
solo aprender, sino descubrir diferentes perspectivas sobre un
mismo hecho. Es enriquecedor y una señal inequívoca de inteligencia.
Aquellas personas que escuchan, son capaces de
entender que no tienen porqué llevar razón, ni mucho menos saberlo todo.
Stephen Hawking decía que "el mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia,
es la ilusión del conocimiento". Creer que sabemos todo y no escuchar lo
que otros tienen que decir, es cerrarnos la puerta al aprendizaje de algo
nuevo.
Te gusta solucionar problemas
No hablamos de que consigas salir de una escape room
resolviendo todos los acertijos, sino de que eres capaz de detectar
problemas cotidianos y dar con la mejor solución para ellos. Mi padre,
por ejemplo, es capaz de arreglar cualquier cosa en su casa solo usando la
lógica, desde una cerradura que no funciona hasta la manera más inteligente y
práctica de colgar un cuadro.
Eres una persona proactiva
Una persona inteligente, es también una persona
proactiva, incapaz de dejar cosas a medias o de encontrar un problema y no
buscarle una solución. Aquellas personas que asumen un
rol activo, toman la iniciativa y son creativas, llegando
a anticiparse a otros, son también inteligentes.
Fuente: Frontiers in Psychology/2024.
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