Fuente, psicología PsicoActiva: Según la Real Academia Española, el rencor es definido
como un sentimiento de hostilidad o resentimiento hacia una
persona por una ofensa o daño que nos ha generado. Ahora bien,
vayamos por partes.
Es un sentimiento, es decir, es la
evaluación de una emoción que tenemos respecto a algo,
más lo que subjetivamente concluimos de una experiencia. Además, implica
hostilidad o resentimiento. Por lo tanto…,el
rencor es un sentimiento negativo respecto a alguien que nos ha lastimado, y no
necesariamente de forma física.
El
rencor lo sentimos posteriormente a una ofensa o daño que nos han hecho, pero
no existe un período de tiempo indicado en el que debería de aparecer. Puede surgir al instante tras percibir el daño, o
hasta meses y años después. Implica una herida que no ha
sanado, y es por ello que despierta desprecio hacia quien nos hizo daño.
¿Vale la pena guardar rencor?
Entonces, ya saben lo que el rencor
hace: nos mantiene angustiados, pensativos, nos distrae de nuestra rutina y de
las cosas que disfrutamos. Es humano sentirlo, a todos nos ha pasado en alguna
ocasión. Sin embargo, cuando nos dañen y despierten en nosotros esta clase de
sentimientos, les recomendamos tomarse un tiempo para repensar si realmente la
situación es merecedora de ello.
¿Vale realmente la pena dedicarle esa clase de atención?
Debemos de comprender que, guardando sentimientos rencorosos, no hacemos más
que herirnos, y el daño que nos hicieron ya no podrá revertirse. Es por ello que aprender a gestionar el rencor es
fundamental, para mejorar nuestra calidad de vida.
Las
emociones y sentimientos tienen impacto en la salud. El rencor no es la
excepción. Las emociones negativas, sobre todo de ser mal gestionadas, nos
llevarán por un camino de sufrimiento y malestar no solo psíquico, sino también
físico.
El rencor nos lleva a volver a
experimentar un dolor ya pasado. Con él revivimos angustia y otros sentimientos
penosos con la misma intensidad (o incluso más que cuando sucedieron).
Entonces, si no paramos de dar
vueltas en nuestra mente a lo sucedido. Si no dejamos de preguntarnos: “¿Qué hubiera pasado si…?”. Si
tampoco dejamos de, recurrentemente, entablar conversaciones con los demás
donde relatamos lo sucedido, finalmente el rencor
acabará por absorber nuestra persona en su totalidad. Solo le estaremos dando más importancia de la que merece
a un sentimiento hostil y perjudicial.
Liberémonos:
aprendamos a gestionar el tortuoso rencor.
Es evidente: el rencor trae consigo
nada más que dolor y negatividad. Es por eso que ahora nos centraremos en
darles estrategias para lograr aprender a gestionar el rencor. De poder
hacerlo, mejorarán su estado de ánimo y, por lo tanto, su calidad de vida.
*Reconocer que guardamos rencor
Lo primor dial al sentir rencor es,
justamente, reconocerlo. Debemos de ser sinceros con nosotros mismos. Una vez
hayamos reconocido lo que nos pasa, entonces podremos hacer algo
respecto a ello y salir adelante.
*Céntrate en el presente
Dejar de mirar al pasado para poder
concentrarse en lo que en el presente nos esta sucediendo. Al
final eso es lo que nos permitirá volver a disfrutar de nuestras vidas. Libera
lo que ha sucedido, piensa en el presente y en proyectos futuros,
solo así recobrarás el bienestar.
*Evalúa qué ganas y qué pierdes
Tómate algo de tiempo y piensa en qué
ganas y qué pierdes al guardar rencor. Al final podrás ver que es más
el desgaste y malestar que el deseo de venganza genera que lo que alivia.
Líbera tus emociones negativas para estar mejor.
*Te han hecho daño, acéptalo
Seguramente no será ni la
primera vez en la que te han dañado y, lamentablemente, tampoco será la última.
Acepta eso, una vez que lo hagas podrás salir adelante. Aunque intentes
revertir el daño o la ofensa pasada, la realidad es que nada ni nadie podrá
cambiarlo. Aceptarlo es crucial para poder
salir adelante y dejar el odio atrás.
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