En virtud de la próxima
implementación de la reglamentación de Unión Europea para cadenas libres de
Deforestación (EUDR 2023/2015) - que entraría en vigencia el 31 de diciembre de
este año - la Asociación Forestal Argentina (AFoA) destaca que nuestro país
tiene una oportunidad única para venderle al mundo productos de base madera que
son amigables para cualquier acción climática o de consumo responsable.
Argentina puede, no solo abastecer
a los clientes europeos con madera libre de deforestación sino con madera
certificada CON LOS MÁS ALTOS ESTÁNDARES DE MANEJO FORESTAL SOSTENIBLE.
A
poco de que cambien las reglas del juego para poder seguir exportando a la UE,
se realizó el 30 de julio en el Palacio San Martín, una reunión organizada por
la Cancillería de Argentina y por la Delegación de Unión Europea en Argentina
para iniciar un diálogo entre los grupos de interés en la implementación de la
reglamentación de dicho bloque comercial para cadenas libres de Deforestación
(EUDR 2023/2015) que entraría a aplicarse el 31 de diciembre de este año.
LA
POSICIÓN DEL SECTOR FORESTAL ARGENTINO
En
un contexto con expectativas que indican que la demanda de productos de base
madera crecerá en 210 mil millones de dólares para el año 2035, según datos de
la consultora AFRY, cumplir con los requisitos más exigentes en los mercados
globales es una oportunidad de inversiones y crecimiento para el país. La
madera es considerada como una de las principales soluciones basadas en la
naturaleza esencial para la transición de productos de origen fósiles no
renovables a alternativas renovables con bajas emisiones de carbono. Pero, ¿de
dónde vendrá la madera sostenible necesaria para el crecimiento de los
productos bajos en carbono?
Claudia Peirano, directora
ejecutiva de AFoA y quien brindó una presentación sobre la posición del sector
con respecto a la aplicación del EUDR, explica como primer punto que "es
fundamental destacar que compartimos plenamente el reconocimiento de la importancia
que tienen los bosques en la acción CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO, EN LA
CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD y en un FUTURO GLOBAL SUSTENTABLE, así como la
necesidad de extremar las medidas requeridas para la conservación, restauración
y uso sostenible del bosque nativo".
En
Argentina, los árboles crecen en los bosques nativos, pero también se plantan
en bosques cultivados y las virtudes de mitigación de cambio climático y la
conservación de la biodiversidad se presentan también en las plantaciones
forestales cuando éstas son manejadas desde una mirada de triple impacto
(ambiental, social y económica). Como prueba de esto, desde hace ya muchos años
que tanto el Gobierno como los productores forestales están realizando
importantes esfuerzos en ese sentido.
"Nuestro mensaje para los
importadores de EU es que la madera y productos de madera provenientes de
plantaciones forestales de Argentina tienen un riesgo muy bajo en el
cumplimiento del EUDR. Y en el caso, de madera certificada por gestión
sostenible y con cadena de custodia por sellos reconocidos internacionalmente
(como es el caso de FSC y PEFC) el riesgo es nulo" afirma Peirano.
El
mensaje para quienes son responsables de la implementación de la Reglamentación
en la UE fue que "aspiramos a que se reconozcan las diferencias entre un
recurso natural, como es el bosque nativo, de una producción más, como son las
plantaciones forestales y reconocer el valor diferencial que le da a los productos
de la cadena de la madera la certificación por gestión sostenible con sellos
internacionales y auditorías anuales de tercera parte y su trazabilidad. Esto
redundará en beneficio de los objetivos de sustentabilidad de la UE"
completa la directora.
MARCO
LEGAL Y VOLUNTARIO QUE FACILITAN CADENAS LIBRES DE DEFORESTACIÓN
Desde
el punto de vista legal, Argentina cuenta con marcos legales que regulan la
actividad forestal y la conservación del bosque nativo. Peirano indicó que
"Los bosques nativos se encuentran regulados bajo la Ley 26331 desde el
año 2007, mediante la cual se obliga a las Provincias a hacer un ordenamiento
ambiental de los mismos. Las provincias han reconocido en el ordenamiento de
sus bosques nativos más de 50 millones de ha clasificándolos en ROJO, que son
bosques de alto nivel de conservación, AMARILLOS, en los cuales se puede
realizar uso sostenible y VERDE, que permite el cambio de uso de suelo.
Por
otro lado, Argentina tiene 1.267.000 hectáreas de plantaciones forestales, en
un 80% en la zona de Mesopotamia, que es una de las de más alta productividad
para pino y eucalipto del mundo. La industria de base forestal se provee en más
del 90% de esas plantaciones forestales.
"Ese
patrimonio forestal en Argentina se ha plantado en los últimos 24 años bajo la
Ley 25080. Estas plantaciones deben ajustarse al ordenamiento de bosques
nativos, por lo que no se autoriza que se realicen en zonas amarillas o rojas.
Con un volumen de madera en pie de aproximadamente 250 millones de m3, se
estima que han capturado unos 52 millones de toneladas de CO2. "ESTAS
PLANTACIONES EXISTEN PORQUE HAY UNA INDUSTRIA QUE LA DEMANDA" sostiene la
especialista.
""
Entre
que se planta y se corta el árbol pasan entre 12 y 18 años. Por lo tanto, el
riesgo de que un producto proveniente de una plantación forestal provenga de un
área deforestada en 2020 o después (línea de corte del EUDR) es nulo.
Desde
la perspectiva voluntaria, en Argentina se encuentran activos dos sellos de
gestión forestal sostenible basados en principios y criterios aceptados
internacionalmente y con auditorías anuales de tercera parte: FSC y PEFC. La
certificación y la cadena de custodia de la madera permite que el consumidor
sepa que la madera usada en el producto final se puede trazar hasta su origen
en gestión forestal sostenible que abarca el triple impacto: social, económico
y ambiental. Ambos esquemas de certificación no validan proyectos que hayan
incurrido en deforestación. Además, las certificaciones de cadena de custodia
(hay 160 emitidas al momento) ejercen un efecto multiplicador de los controles
sobre los proveedores, porque las empresas con certificación de cadena de
custodia ya implementan un sistema de diligencia debida que les permite mitigar
el riesgo de que madera ilegal o producto de deforestación ingrese a la
industria.
"La
madera certificada no solo asegura que no se ha producido sustitución de
bosques nativos por plantaciones forestales - situación que hace ya muchos años
que no se permite - sino que abarca una gestión sostenible integral, que
incluye tanto la legalidad como los impactos sociales, económicos y ambientales
que es trazable a través de una cadena de custodia" puntualiza Peirano. Y
suma: "como dato concreto vinculado a la biodiversidad, por cada hectárea
de plantaciones forestales certificada por gestión sostenible hay 0,66 ha de
áreas naturales bajo conservación. Las empresas certificadas conservan unas
350.000 hectáreas de áreas naturales, junto con toda la diversidad biológica y
genética asociada. Esta superficie es 1,6 el área que ocupa Luxemburgo en
Europa. Adem&aacu te;s, los productores forestales han implementado
acciones como los corredores de biodiversidad, control de caza y pesca furtiva,
consorcios de gestión de incendios, monitoreo de especies, y acuerdos con ONGs
y universidades para la gestión adecuada para la conservación de especies de
flora y fauna que permita mantener y aún aumentar, la riqueza genética para el
futuro".
El
país tiene oportunidad de crecer en industrias de base forestal con productos
que la Unión Europea demanda para la transición hacia cadenas de suministros
bajas en carbono, como es el uso de la madera para la construcción, los
bioplásticos, los textiles, los papeles y embalajes, la bioenergía entre otros.
Para facilitarlo, el mensaje es claro: se debe reconocer que la madera
proveniente de plantaciones forestales y especialmente, aquella certificada, es
libre de deforestación. Esta característica debería ser incorporada en la
implementación del EUDR.
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