A finales de los años 70, la
opinión pública internacional se escandalizó con la agresiva publicidad de
Nestlé para convencer a las madres de que su leche preparada era mejor que la
natural procedente del pecho de la madre.
Primero fue un artículo en la
revista New Internationalist en 1973 que detallaba las consecuencias del
uso de la leche artificial en los países del Tercer Mundo, con miles de muertes
de bebés por el uso de agua no potable o la mala manipulación de los biberones.
Un año después el informe The
Baby Killer, de la ONG War On Want, denunciaba las prácticas de la multinacional, y
la sensibilización llevó a un boicot mundial a partir de 1977.
No era, sin embargo, una
publicidad nueva y ya había sido utilizada desde finales del siglo XIX,
incitando a las madres bien a dejar de amamantar a sus hijos o a completar con
su leche artificial su flujo supuestamente insuficiente . Una de las primeras
denuncias fue expuesta por la doctora Cecily Williams en 1939, quien relacionó la leche artificial
con la muerte de bebés.
ras el boicot, Nestlé se comprometió a cumplir el código de buenas prácticas aprobado por
la Organización Mundial del Comercio y por UNICEF, por el que se prohibíía la
publicidad sobre la leche preparada y el marketing a través de muestras
gratuitas a las madres, entre otras medidas.
Sin embargo, ni Nestlé, ni
muchas otras marcas productoras de leche infantil, respetan los términos de
este acuerdo y siguen haciendo publicidad de estos productos y sobornando al
personal hospitalario de países en desarrollo para que convenzan a las madres
de que la leche preparada es mejor que la natural. El último caso ha saltado
esta misma semana, con la sanción a 13 médicos y enfermeras en China por
recibir dinero de Danone para recomendar su leche en polvo.
De hecho, tras décadas de críticas a Nestlé, es Danone quien está ahora en el punto de mira por su malas prácticas. Así, el periódico inglés The Independent daba cuenta de la agresiva campaña de Danone en Turquía que intentaba convencer a las madres de que a partir de los seis meses no producen suficiente leche para alimentar al bebé y que ésta debe ser completada con leche artificial. Save the Children hacía un buen resumen del nuevo papel de Danone y titulaba en un informe reciente el apartado sobre la multinacional francesa: «¿Un nuevo infractor en el vecindario?»
Laos ha sido uno de los paííes
más afectados últimamente por la «moda» de la leche infantil preparada. Así, a
pesar de ser un país en el que tradicionalmente se ha amamantado a los bebés
durante los primeros años, en 2006, solo el 25 por ciento de las madres los
alimentaba exclusivamente con leche materna (algo recomendado por la OMS
durante los primeros seis meses).
En Laos, son frecuentes las denuncias por la
presencia de agentes de ventas, a veces disfrazados de enfermeros o médicos, en
los hospitales o el soborno al personal sanitario para que ofrezca la leche a
las madres. Las ONG han acusado además a Nestlé por utilizar la imagen de un
oso amamantando a su cría en los envases de una de sus marcas de leche en
polvo (normal, no infantil) o en la leche condensada. Las madres de Laos, como
en tantos otros países del mundo, acaban gastándose un dinero innecesario en
una leche que es menos nutritiva solo por estas prácticas de marketing que las
mismas compañías aseguran que no usan.
UNICEF asegura que un millón y medio de niños no morirán si
fueran alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros meses
de vida (algunas ONG o asociaciones que han apoyado el boicot a Nestlé dicen
directamente que UNICEF afirma que la leche en polvo mata cada año a millón y
medio de ninos.
Yo no he encontrado esa afirmación en ningún sitio,
aunque se han relacionado miles de muertes con la mala preparación, por falta
de información o medios, no con la fórmula). La leche preparada no desarrolla
además las defensas de los bebés de la misma manera que la leche materna y los
niños así alimentados son más propensos a contraer enfermedades. Sin duda, un
asunto demasiado serio como para ponerlo en riesgo solo por engrosar aún más
las abultadas cuentas de resultados de estas multinacionales.
- FUENTE: Madre
en Filipinas amamanta a su hijo. / UNICEF
- Publicidad de
Nestlé de 1911. «No tardes mucho en destetar al bebé», reza el eslogan
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