**Siempre agradecido estimado poeta Juan Botana por tan emotiva invitación a leer mis poemas, gracias.
(Desde Argentina) Siempre de la mano del querido JUAN BOTANA, escritor y
poeta, quien tiene la magia de reunir poetas y escritores para que declamen sus
obras, ya es bien conocida su pasión literaria y su afecto y compresión hacia
el prójimo.
La poesía nos conecta con nuestra voz y
con una audiencia. La palabra dicha tiene melodía, ritmo, pausas. Y también,
susurros y exclamaciones. El otro importa porque con ese otro comparto la
palabra. Es el otro el que me escucha o no me escucha, el que reacciona a lo
que declamo, el que se emociona. ¿Cuánto nos enseña la poesía sobre nuestra
propia voz, sobre nuestra capacidad para decir lo que queremos decir? ¿Qué
lugar nos da el recitado ante los demás?
Exageración o realidad, es cierto que la poesía nos
cambia. En ella hay algo primario y ancestral que nos convoca.
La palabra poética es una ventana abierta para expresar los sentimientos, una
forma de pensar lo que vivimos, un desafío para el intelecto y una invitación
al juego.
Aunque hoy se asocia el oficio de poeta a la
cultura escrita, es bueno recordar que, desde sus comienzos, la poesía
estuvo muy ligada a la música. El género debe su nombre
(lírico) a la lira, instrumento que acompañaba el recitado de los aedos. Por
eso, aun hoy, si un poema es bueno, sentimos la necesidad de pronunciarlo, de
darle cuerpo con la voz.
Un día para la poesía, El 15 de noviembre de 1999, en una reunión
celebrada en París, la Unesco proclamó
el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía. Algunos
de los fundamentos fueron la necesidad de reconocer y dar impulso a los
movimientos poéticos nacionales, regionales e internacionales, y promocionar la
diversidad de las lenguas, con la idea de que la literatura es parte
constitutiva de la subjetividad humana.
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