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EL TRIUNFO, NUESTRAS RAICES FORTINERAS/1869- “Textos originales de aquella barbarie
propia de la época, del Coronel Martiniano Charras” Los
indios con quienes nos hemos batido eran mandados por el cacique Pincén,
viniendo a sus órdenes Manuel Grande, Tripailao y el cuñado de Coliqueo,
conocido por el apodo de 'Platero', componiéndose esta fuerza como de
trescientas y pico de lanzas.
El resultado de esta jornada ha sido dejar
en el campo como treinta y tantos indios muertos, tomarles las únicas tres
cautivas que llevaban, mucha caballada del vecindario que habían robado, lo
mismo que de los que ellos traían y como cinco mil yeguas, dejando el campo
sembrado de mantas y monturas que recogieron nuestros Guardias Nacionales y un
gran número de lanzas; los indios que han logrado escapar salían en pelos.
Hasta avanzada la segunda mitad del siglo XIX el territorio del
partido de Lincoln formó parte de esa inmensa y casi desconocida llanura que,
desde el Río V en el Sur de Córdoba y desde el curso superior del Salado en el
Noroeste de la provincia de Buenos Aires, se extendía sin solución de
continuidad hacia el Sudoeste, hasta alcanzar las márgenes del Río Colorado.
Vasto territorio habitualmente denominado "el desierto",
jalonado por médanos y bañado por numerosas lagunas, principalmente en su
región Nororiental; con extensos montes de caldén en su centro y algunas
sierras pampeanas de escasa altura en su parte occidental, hallábase
íntegramente dominado por los indios, que asentaban en él, en lugares
recónditos, sus tolderías y, utilizando rastrilladas o senderos sólo por ellos
conocidos, lo recorrían en sus invasiones sobre los campos y poblaciones de la
frontera.
Al crearse en 1865
el partido de Lincoln ocupó, justamente el extremo Nororiental de ese extenso
territorio, es decir, la región situada inmediatamente al exterior del Río
Salado, que enmarcaban por el Norte las grandes lagunas de Gómez, Mar Chiquita
y del Chañar. Mapas o cartas de la primera mitad del siglo XIX, registran esa
región y sus accidentes topográficos más importantes tales como médanos,
cañadones y lagunas, y aún las rastrilladas que la atravesaban.
Ya en la década de 1870 los primeros expedientes de mensura revelan la existencia y situación de parajes tales como el Cañadón de Ballanca y la Pampa de Ballanca o Bayauca, lugar de aguadas al que convergían rastrilladas del desierto y en cuyas proximidades se levanta actualmente el pueblo de ese nombre;
de Ancaló, nombre araucano que significaría "médano bien afirmado", paradero indígena en el que en 1869 habría de levantarse el Fuerte "General Lavalle" y delinearse más tarde el pueblo de General Pinto; de Vacaloncó o Cabeza de Vaca, lugar situado al Sudoeste de la laguna del Chañar, que fue utilizado por los indios en sus incursiones sobre la Frontera Norte y donde ya en 1845 existía un fortín; del "Médano de Acha", al Sudoeste de la laguna del Chañar, a corta distancia del actual pueblo de Vedia y de la laguna y médano de Mula Colorada o Coló-Mulá, al Sur de la laguna Mar Chiquita, parajes estos dos últimos en los que en 1864 habrían de erigirse sendos fortines: de "Chiquiló" o "Chiquilofó".
Al oeste de la laguna de Gómez, donde también en 1864
se establecería un fortín; de la laguna del Renegado, al Noroeste del actual
ejido de Lincoln y de la laguna del Gaucho un su ángulo occidental; del Médano
del Mate, Cañada de Arín y Laguna del Tigre, en el borde Sudoeste del mismo
ejido; de los Médanos de Hulliló, y de Rellisó, lugares donde en 1869 el
Coronel de Ingenieros Juan F. Czetz erigió el Fortín de
"El Triunfo" y el Fortín "Vigilancia",
respectivamente, junto con los fortines "Central",
"Rivadavia" y "Belgrano".
El
Triunfo fue uno de los
fuertes más importantes, debido a su ubicación estratégica, por ser el punto de
apoyo de los fortines que lo rodeaban, y además, por la numerosa tropa con que
contaba, siendo quizá el que más batallas librara contra los indios en el
partido de Lincoln. Sus primeros comandantes fueron el Capitán Sanabria, el
Coronel Grenada Roca y otros, también solía concurrir con cierta frecuencia el
Coronel Martiniano Charras, quien luego fundara General Pinto.
AGRADECIMIENTOS: A la sensibilidad del
Intendente, Dr. Salvador Serenal, a nuestro delegado el Sr. Sergio Blanco
siempre presente, a la amabilidad y respeto del padre Guillermo Gomez, a la
virtud y el trabajo incansable de la Profesora Virginia Carp, a su partener Sr.
Raúl Romero y a todo ese magnífico valet “EL REENCUENTRO” por emocionarnos con cuadros folclóricos que acarician el
alma.
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