LO QUE NOS IMPORTA: Los TRENES ARGENTINOS de cargas avanzan con otra obra clave para la logística del agro.

 

La empresa estatal Trenes Argentinos Cargas adjudicó el proyecto de obra para mejorar 42 kilómetros de vías de la línea San Martín, en la zona de acceso a los puertos del sur de Santa Fe.



En el marco de la Emergencia Ferroviaria, que se reconoció mediante el Decreto 525/2024 publicado en el Boletín Oficial el pasado mes de junio, Trenes Argentinos Cargas (TAC) completó la adjudicación del mejoramiento de 42 kilómetros de vías en la línea San Martín.



Según informaron desde el organismo, estas obras se realizarán en el sur de la provincia de Santa Fe, zona donde se concentran los despachos de productos agrícolas para exportación.

“Los trabajos impactarán positivamente en la operación, ya que mejorarán los índices de descarrilamiento en la zona y a su vez, permitirán aumentar la velocidad de circulación, lo que se traduce en mayor rotación de vagones y más despachos”, agregaron.



De este modo, la licitación 18/2024 se divide en tres obras, todas en la provincia de Santa Fe.

OBRAS PARA LOS TRENES ARGENTINOS DE CARGAS

El primer tramo, de 12 kilómetros, vincula Tarragona con Amenábar y ya había sido asignado a la firma Construcciones Baufeld S.R.L.

Los dos restantes serán ejecutados por la firma Smith Molina SACIyA y comprende las secciones que van de Santa Teresa a Pavón Arriba (también de 12 kilómetros) y el tramo Carreras – Alcorta, por una extensión de 18 kilómetros.



Las mejoras en las vías contemplan la incorporación de hasta 50% de los rieles nuevos, el recambio de fijaciones y durmientes, nivelación de suelo y agregado de balasto. Además, se realizarán intervenciones de todos los puentes, alcantarillas y pasos a nivel en los sectores antes mencionados.

Cabe destacar que los productos agroindustriales son los principales que opera la línea San Martín. Enel transcurso de 2024 se han transportado hacia dichas terminales portuarias 1,65 millones de toneladas de granos, un 42% más en comparación al mismo período del año pasado.

 

EL DATO: ¿Qué dice la ciencia médica de la virginidad? ¿Qué explicación nos ofrece?

 

En realidad la virginidad como término sí existe, lo que no existe es ninguna constatación científica que la relacione con alguna parte del cuerpo humano. Es más, en la RAE aparece definido como “estado de virgen”.  También es común la siguiente definición: aquella persona que nunca ha tenido relaciones sexuales.



La expresión virginidad proviene de la palabra francesa virgine, cuya raíz latina significaba ‘doncella’/ ‘virgen’, en referencia a las jóvenes que nunca habían mantenido relaciones sexuales. Curiosamente, la misma palabra hace referencia en la religión católica a María, madre de Jesucristo, y que bien podría aludir a su estado virginal.

Como en casi todos los aspectos sexuales que tienen que ver con el género femenino, la virginidad, también llamada castidad, ha sido motivo para el castigo y el juicio social. Pero no por vírgenes, sino al contrario, por ejercitar la promiscuidad.

La idea de la virginidad se remonta muchos siglos atrás y apareció como una forma de control para la sexualidad de las mujeres.



Fue en el s. XVI cuando apareció una relación directa entre el concepto de la virginidad y el cuerpo femenino: el himen. El origen no suscita demasiada fiabilidad, pero empecemos por el principio.

El himen como metáfora de la virginidad.

Los constructos sociales en los que nos asentamos las sociedades actuales son fruto de siglos de humanidad. Y la virginidad no se libra de ello.

Ya en tiempos de la cultura clásica, la virginidad estaba considerada como una virtud ligada a la pureza de las mujeres bajo el nombre de partenía. Aunque en esas épocas la partenía no implicaba ningún aspecto físico, sí requería de un compromiso prematrimonial y otros conceptos algo más abstractos diluidos a día de hoy. Pero toda flor, tiene su semilla y su germen, y la virginidad está demasiado relacionada con la idealización de las diosas griegas y romanas, y demás culturas politeístas.



Con el avance de los años, las nuevas religiones monoteístas vieron un gran filón en la virginidad, esta vez como forma de control de la sexualidad femenina, siempre tan perseguida. En este caso, quisieron relacionarla a principios morales y éticos que para que el arraigo en la sociedad fuera mayor, en un momento donde, sobre todo, la religión católica, dominaba el mundo y los quehaceres mundanos de las poblaciones.

No obstante, no fue hasta el s. XVI cuando, por primera vez, la virginidad se relacionó de manera directa con el cuerpo de la mujer. El responsable de ello: Andreas Vesalius, un famoso forense de la época de lo que hoy conocemos como Países Bajos. Él mismo fue el primero en realizar una de las descripciones más exactas de lo que es el himen, aunque las connotaciones fueron distintas. Mientras Vesaluis realizaba dos autopsias a dos jóvenes vírgenes, se dio cuenta de la existencia de unos pequeños trozos de carne alrededor de sendas vaginas, lo que le llevó afirmar que no todas las mujeres vírgenes tenían himen, pero que, sin embargo, un himen intacto podría resultar prueba de la virginidad.

Unas afirmaciones que han llegado hasta nuestros días donde seguimos creyendo el falso mito del himen y la virginidad. Y decimos falso porque ningún avance tecnológico, forense o médico ha confirmado la existencia de la relación entre virginidad e himen. No existe ningún estudio que asevere que el himen se rompe con la primera relación sexual, ni mucho menos se trate de una ‘puerta’ de la vagina ni nada parecido. El himen existe como una parte más del cuerpo femenino, pero nada tiene que ver con el constructo social de la castidad y la pureza.

Para la comunidad científica es un gran reto desligar de forma definitiva la virginidad con aspectos biológicos que nada tienen que ver. No solo por acabar con el falso mito de la castidad y el himen, sino para proteger la salud física y mental de las mujeres, que pueden verse afectadas de manera incorrecta. Por eso, debemos desterrar esta idea del imaginario colectivo y, sobre todo, rearmar los nuevos constructivos sociales que eliminen la virginidad en las mujeres.

 Fuente: Centro Joven de la Atención a la Sexualidad.

ECOLOGÍA en ACCIÓN: Dispositivo de bajo consumo que usa energía solar para convertir el agua de mar en AGUA DULCE.

 

La desalación es esencial para muchas naciones costeras e insulares, ya que permite el acceso al agua potable en regiones donde la escasez de agua es una preocupación creciente. Con el aumento acelerado de la población y el incremento del consumo global de agua, la demanda de nuevas tecnologías para generar agua dulce es cada vez más urgente.



Investigadores de la Universidad de Waterloo han diseñado un dispositivo energéticamente eficiente que produce agua potable a partir de agua de mar utilizando un proceso de evaporación impulsado principalmente por la energía solar.

Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2024, alrededor de 2,2 mil millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua limpia, lo que resalta la necesidad de soluciones tecnológicas innovadoras que puedan suministrar agua dulce de manera sostenible.

Limitaciones de los sistemas de desalación convencionales

Los sistemas actuales de desalación suelen utilizar membranas para separar la sal del agua de mar. Sin embargo, este proceso requiere grandes cantidades de energía y frecuentemente provoca la acumulación de sal en la superficie de los dispositivos, lo que bloquea el flujo de agua y disminuye la eficiencia. Debido a este fenómeno, los sistemas necesitan mantenimiento frecuente y no pueden operar de manera continua.

Inspiración en la naturaleza: La solución de Waterloo

Para superar estas limitaciones, los investigadores de la Universidad de Waterloo se inspiraron en el ciclo natural del agua, emulando el mecanismo por el cual los árboles transportan el agua desde las raíces hasta las hojas. Han desarrollado un dispositivo que permite la desalación continua sin necesidad de un mantenimiento intensivo. Este avance ha sido publicado en la revista Nature Communications.

Según el profesor Michael Tam, del Departamento de Ingeniería Química de Waterloo, el sistema está basado en la observación de cómo la naturaleza sostiene el ciclo del agua, permitiendo que el agua se evapore y se condense en un ciclo cerrado. De esta manera, se evita la acumulación de sal que, en otros sistemas, reduce la eficiencia.

Innovaciones técnicas del dispositivo

El dispositivo es alimentado por energía solar y tiene una tasa de conversión del 93%, cinco veces más eficiente que los sistemas de desalación actuales. Además, puede producir aproximadamente 20 litros de agua potable por metro cuadrado al día, cantidad que coincide con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para satisfacer las necesidades básicas de consumo y saneamiento de una persona.

Este innovador dispositivo está fabricado con espuma de níquel recubierta con un polímero conductor y partículas de polen termo-responsivas. Este material es capaz de absorber la luz solar a lo largo de todo el espectro de radiación solar, transformando la energía del sol en calor. Una fina capa de agua salada sobre el polímero se calienta y es transportada hacia arriba, replicando el proceso de capilaridad que ocurre en los árboles.

A medida que el agua se evapora, la sal restante se desplaza hacia la capa inferior del dispositivo, en un proceso similar al contralavado en las piscinas, lo que evita el bloqueo del flujo de agua y permite un funcionamiento continuo.

Beneficios y Futuro del dispositivo

El profesor Yuning Li, también del Departamento de Ingeniería Química de Waterloo, destacó que el dispositivo es no solo eficiente, sino también portátil, lo que lo convierte en una herramienta ideal para su uso en regiones remotas donde el acceso a agua potable es limitado. Esta tecnología ofrece una solución sostenible a la crisis emergente del agua.

En el futuro, los investigadores planean construir un prototipo que pueda ser desplegado en el mar para probar la tecnología a mayor escala. Si las pruebas resultan exitosas, el dispositivo podría suministrar agua potable de manera sostenible a las comunidades costeras, contribuyendo al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, particularmente en las áreas de salud (ODS 3), acceso al agua (ODS 6), reducción de desigualdades (ODS 10) y producción y consumo responsables (ODS 12).

Este desarrollo resalta cómo la investigación científica y la innovación tecnológica, inspirada en los procesos naturales, pueden ofrecer soluciones tangibles a los problemas más apremiantes de nuestra era, alineándose con los esfuerzos globales para garantizar un futuro más sostenible y equitativo.