domingo, 10 de noviembre de 2024

¿Cómo funciona un auto propulsado por HIDRÓGENO? **Con 1Kg. recorre 100 Km, que costaría en el futuro 1 dólar.

 

Los vehículos de hidrógeno funcionan con un motor eléctrico. Por este motivo también pertenecen a la familia de los vehículos eléctricos. Normalmente se designan con las siglas «FCEV», del inglés «Fuel Cell Electric Vehicle» (vehículo eléctrico de pila de combustible); mientras que para los vehículos eléctricos de batería se utilizan las siglas BEV (Battery Electric Vehicles, vehículos eléctricos de batería).

 


Una diferencia decisiva con respecto a los demás vehículos eléctricos es que los vehículos de hidrógeno generan la electricidad por sí mismos. Esto significa que no toman la energía de una batería integrada, como es el caso de los eléctricos puros o los híbridos enchufables, que pueden recargarse a través de una fuente de alimentación externa . Los vehículos de hidrógeno llevan a bordo, por así decirlo, su propia central eléctrica eficiente, que convierte el hidrógeno repostado en electricidad. Y esta central eléctrica es la pila de combustible.

 

En la pila de combustible tiene lugar un proceso denominado «electrólisis inversa». Durante este proceso, el hidrógeno reacciona con el oxígeno. El hidrógeno proviene de uno o varios depósitos del vehículo, y el oxígeno se toma del aire ambiente. Lo único que se obtiene de esta reacción es energía eléctrica, calor y agua, que sale por el tubo de escape en forma de vapor de agua; con cero emisiones.

 

Dependiendo de las necesidades que haya en cada situación de conducción concreta, la electricidad generada en la pila de combustible tiene dos alternativas: o bien se dirige al motor eléctrico y propulsa directamente el vehículo, o bien carga una batería que hace las veces de depósito intermedio hasta que la energía se necesita para la propulsión. Esta batería, denominada «batería de tracción», es mucho más pequeña y ligera que las baterías de los vehículos totalmente eléctricos ya que se recarga constantemente desde la pila de combustible.



Al igual que los demás vehículos eléctricos , los vehículos de hidrógeno también pueden recuperar energía de frenado (freno regenerativo). Durante este proceso, el motor eléctrico transforma de nuevo la energía cinética del vehículo en energía eléctrica y la envía a la batería de respaldo, donde se almacena.

 

Ventajas y potencial de los vehículos de hidrógeno

  • Los vehículos de hidrógeno tienen una propulsión puramente eléctrica y circulan sin emisiones locales. Por lo tanto, la sensación al volante se asemeja a la de los vehículos eléctricos. En otras palabras: la aceleración es dinámica y prácticamente silenciosa ya que los motores eléctricos entregan todo el par  incluso a un régimen de revoluciones bajo.

  • El principal punto a su favor (y la mayor ventaja competitiva) es el corto tiempo de repostaje. A diferencia del tiempo de recarga de los vehículos eléctricos, que depende del modelo y de la infraestructura de recarga, el depósito de hidrógeno de un BMW iX5 Hydrogen (flota piloto) se llena por completo en apenas tres o cuatro minutos. Así pues, estos vehículos ofrecen la misma disponibilidad y flexibilidad que los vehículos convencionales.

  • La autonomía de los vehículos de hidrógeno es similar a la de los vehículos eléctricos con baterías enormes. Con el depósito de hidrógeno lleno, el BMW iX5 Hydrogen puede recorrer 504 kilómetros (según WLTP. La autonomía de los vehículos de hidrógeno es independiente de la temperatura exterior, es decir, no empeora si hace frío.

  • Para satisfacer la creciente demanda de estaciones de recarga eléctrica para todos los BEV, los vehículos de hidrógeno pueden contribuir a ampliar la infraestructura. Además, el hidrógeno es una de las alternativas más eficientes a la hora de almacenar y transportar energía renovable, por lo que resulta crucial para el suministro energético de cara al futuro.

  • Los FCEV utilizan el mismo grupo motopropulsor eléctrico que los BEV, aunque se diferencian de ellos por la forma de almacenar la energía. Por lo tanto, la comercialización de vehículos de hidrógeno beneficia por igual a las tecnologías de pilas de combustible y de baterías, lo que reduce los costes a largo plazo.

·         ¿Cuánto cuesta un vehículo de hidrógeno y por qué?

·         Los pocos modelos con propulsión por pila de combustible que hay en el mercado cuestan más (por ahora) que cualquier vehículo de combustión o eléctrico de batería equiparable.

·         El precio de los vehículos de hidrógeno sigue siendo tan alto a fecha de hoy por diversos motivos. Aparte de que todavía queda mucho por hacer respecto a la industrialización de la producción, la necesidad de platino también es un factor importante.

 

·         Este metal precioso se utiliza como catalizador durante la generación de energía. No obstante, la cantidad de platino necesaria para las pilas de combustible de los automóviles ya se ha reducido mucho; además, el platino se reintroduce cada vez más en el ciclo de materiales a través del reciclaje de los catalizadores. El escaso número de unidades es otro motivo, aunque temporal, porque como el uso de la tecnología de hidrógeno es muy similar en numerosas aplicaciones (por ejemplo, en vehículos comerciales, trenes, aviones o incluso soluciones estáticas) cabe suponer que el volumen de unidades aumentará. También porque la dependencia de materias primas es menor que en el caso de los BEV.

 

 

·         Aparte de los costes de adquisición, los costes operativos también repercuten de forma importante en la rentabilidad y la aceptación de una tecnología de propulsión. En el caso de los vehículos de hidrógeno, estos costes dependen, entre otras cosas, del precio del combustible. Actualmente, un kilogramo de hidrógeno cuesta unos 14 euros. Con un kilogramo de hidrógeno, un vehículo de pila de combustible puede recorrer alrededor de 100 kilómetros. Por lo tanto, ahora mismo, el coste por kilómetro de un vehículo de hidrógeno es más o menos igual que el de un vehículo de combustión. Si la producción de hidrógeno aumenta a escala internacional tal como cabe prever en estos momentos, el precio del kilogramo podría bajar a entre 4 y 6 euros en Alemania de aquí a 2030. *Recientemente existe un proyecto científico que abaratara el Kg. a 1 dolar.

 

·         La respuesta de BMW es la apertura tecnológica frente a los distintos sistemas de propulsión, y el hidrógeno será decisivo en la transición energética como fuente de energía versátil. «Deberíamos aprovechar el potencial del hidrógeno para acelerar también la transformación del sector de la movilidad. El hidrógeno es la pieza que falta para la movilidad sin emisiones, porque ninguna tecnología bastará por sí sola para permitir una movilidad climáticamente neutra en todo el mundo», señala Zipse.

Fuente: BMW, Alemania.

 

 

 

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