Descubrimiento
de insectos que comen plástico en Kenia
Se ha realizado un descubrimiento
emocionante en la lucha contra la contaminación por plásticos: las larvas
del gusano de la harina menor, conocidas como Alphitobius diaperinus,
tienen la capacidad de consumir poliestireno. Aunque ya se habían identificado
otros insectos capaces de degradar este material, este es el primer hallazgo de
una especie nativa de África con esta habilidad.
El poliestireno, comúnmente llamado
«unicel», es un material plástico ampliamente utilizado en el empaque de
alimentos, productos electrónicos e industriales. Debido a su durabilidad, es
difícil de descomponer y representa un desafío significativo para el medio
ambiente. Los métodos tradicionales de reciclaje, como el procesamiento químico
o térmico, suelen ser costosos y generan contaminantes secundarios, lo que
impulsa la búsqueda de soluciones biológicas.
Características
del gusano de la harina menor
El gusano de la harina menor es la
forma larval del escarabajo Alphitobius diaperinus. Su ciclo larval
dura entre 8 y 10 semanas. Estos insectos suelen encontrarse en granjas
avícolas, donde las condiciones cálidas y un suministro constante de alimento
favorecen su desarrollo. Aunque esta especie es originaria de África, se ha
dispersado por muchas regiones del mundo. El estudio también sugiere que podría
tratarse de una subespecie específica del género Alphitobius, una
hipótesis que está siendo investigada.
Un
enfoque sostenible para la gestión de residuos plásticos
Los niveles de contaminación por
plásticos en África son críticos debido a la alta importación de productos
plásticos, su bajo índice de reutilización y la falta de infraestructura de
reciclaje. Por ello, explorar métodos naturales para la degradación de
plásticos es una prioridad.
El estudio, realizado por científicos
del Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos (ICIPE), se
centró en las bacterias presentes en el intestino de las larvas. Estas
bacterias son esenciales para descomponer el poliestireno, y su identificación
permitirá el desarrollo de herramientas microbianas para gestionar los residuos
plásticos a gran escala. En lugar de liberar grandes cantidades de insectos en
vertederos, se plantea la posibilidad de utilizar enzimas y microorganismos
derivados de estas bacterias en plantas de reciclaje o sitios de limpieza.
Principales
hallazgos del estudio
El equipo llevó a cabo un ensayo
durante más de un mes, alimentando a las larvas con tres dietas distintas:
únicamente poliestireno, únicamente salvado (un alimento rico en nutrientes) y
una combinación de ambos. Los resultados clave fueron:
·
Las larvas alimentadas con
una dieta mixta sobrevivieron en mayores proporciones y consumieron poliestireno más eficientemente que aquellas
alimentadas solo con este plástico.
·
Las larvas que consumieron únicamente
poliestireno sobrevivieron, pero mostraron menor eficiencia en la degradación
debido a la falta de nutrientes esenciales.
·
En promedio, las larvas con dieta
mixta lograron descomponer aproximadamente el 11,7 % del poliestireno
total durante el periodo de estudio.
·
Estos resultados subrayan la
importancia de proporcionar una dieta equilibrada a los insectos para optimizar
su capacidad de degradar plásticos.
·
Bacterias intestinales: el corazón
del proceso
·
El análisis del intestino de las
larvas reveló cambios significativos en la composición bacteriana según
la dieta. Las bacterias predominantes en las larvas alimentadas con
poliestireno pertenecen a los géneros Proteobacteria y Firmicutes,
que son conocidos por adaptarse a diversos entornos y degradar compuestos
complejos. Entre las bacterias identificadas se encuentran Kluyvera, Lactococcus, Citrobacter y Klebsiella,
capaces de producir enzimas que digieren plásticos sintéticos.
·
Se observó que estas bacterias
probablemente no están presentes de forma innata en el intestino de las larvas,
sino que su proliferación se ve estimulada por la ingesta de plásticos,
lo que les permite adaptarse a esta dieta inusual.
Implicaciones futuras y próximos pasos
El descubrimiento de las larvas
del gusano de la harina menor en África ofrece un enfoque único para abordar la
contaminación por plásticos, especialmente en regiones con infraestructura de
reciclaje limitada. Las próximas investigaciones se centrarán en:
1. Aislar y caracterizar las cepas
bacterianas específicas y sus enzimas para
su uso en procesos industriales de reciclaje.
2. Explorar la capacidad de las
larvas para descomponer otros tipos de plásticos, evaluando su versatilidad en la gestión de residuos.
3. Desarrollar estrategias para escalar el uso de estos
insectos o de sus enzimas en el reciclaje de plásticos, garantizando al mismo
tiempo la salud de las larvas y la seguridad de los subproductos generados.
Un paso hacia un futuro más sostenible
El uso de soluciones biológicas,
como las larvas del gusano de la harina menor y sus bacterias asociadas,
representa una alternativa prometedora y sostenible para la gestión de residuos
plásticos. Este avance no solo podría reducir significativamente los niveles de
contaminación, sino también ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo de
tecnologías ecológicas en el reciclaje de plásticos. La naturaleza, una vez más, nos demuestra que
es una fuente inagotable de soluciones innovadoras a los problemas ambientales
modernos.
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