El nuevo biocombustible logra una
eficiencia comparable al diésel convencional eliminando las moléculas de
oxígeno presentes en los ácidos grasos.
De la
freidora al motor: científicos desarrollan biocombustible a partir de aceite de
cocina tan eficiente como el diésel
Un nuevo método podría reducir
drásticamente las emisiones de carbono en sectores difíciles de descarbonizar,
como la aviación y el transporte por carretera.
Un
avance prometedor en los biocombustibles
Un estudio reciente ha revelado un
nuevo método para producir combustibles a partir de grasas residuales, logrando
una eficiencia 1.000 veces superior a las técnicas actuales. Este proceso,
desarrollado por investigadores del King’s College London y el Laboratorio
Nacional de Biorrenovables de Brasil, convierte ácidos grasos presentes en
aceites de cocina en alquenos, los componentes básicos de combustibles como el
diésel. Este descubrimiento podría disminuir significativamente el uso de
combustibles fósiles.
Los biocombustibles, obtenidos de
materiales orgánicos renovables como aceites vegetales y residuos animales,
representan una alternativa sostenible a los combustibles fósiles. Combustibles
derivados de desechos alimenticios podrían reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero hasta en un 94%, según estudios previos.
Superando
los desafíos de eficiencia energética
Los biocombustibles tradicionales
enfrentan limitaciones debido a la alta presencia de moléculas de oxígeno, que
reducen su eficiencia energética. Hasta ahora, estos combustibles producían un
90% de la energía del diésel convencional, requiriendo mayores cantidades de
materia prima y elevando los costos de producción al doble del precio de los
combustibles fósiles.
El equipo liderado por el Dr. Alex
Brogan ha desarrollado un método innovador para crear un biocombustible que
cumple con los estándares de los combustibles fósiles. El proceso utiliza una
enzima modificada, llamada P450 descarboxilasa, que descompone los
ácidos grasos en alquenos, eliminando eficientemente las moléculas de oxígeno.
Esto permite obtener combustibles más potentes y sostenibles.
Innovación
tecnológica para una producción más limpia
El uso de sales líquidas y
luz UV en el proceso elimina la dependencia del agua, tradicionalmente necesaria
para que las enzimas actúen, lo que aumenta significativamente el rendimiento
de alquenos. Además, esta técnica evita el uso de catalizadores convencionales
como el platino, cuya extracción puede causar daños ambientales. El reemplazo
de productos químicos tóxicos, como el peróxido de hidrógeno, por luz UV añade
otro beneficio ambiental clave.
Aplicaciones
más allá del transporte
El nuevo biocombustible no solo tiene
aplicaciones en la sustitución del diésel. Según la Dra. Leticia Zanphorlin,
del Laboratorio Nacional de Biorrenovables de Brasil, esta tecnología podría
utilizarse para producir otros combustibles renovables, como la gasolina y el
queroseno, ampliando su impacto al sector de la aviación. Además, los
investigadores esperan que esta tecnología sea útil en otras áreas, como la
fabricación eficiente de productos farmacéuticos.
Un
paso hacia un futuro sostenible
La innovación presentada por este
equipo internacional aborda uno de los mayores desafíos globales: el cambio
climático. La posibilidad de producir combustibles limpios y eficaces a partir
de residuos orgánicos abre nuevas vías para reducir las emisiones de carbono y
avanzar hacia un modelo energético más sostenible.
Este descubrimiento refuerza la
importancia de invertir en tecnologías renovables como una solución para
alcanzar los objetivos climáticos globales. Si se implementa a escala
industrial, podría transformar sectores que dependen de combustibles fósiles y
contribuir a la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono.
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