Hiroyuki Arakawa, encargado de vigilar uno de los
santuarios Torii, en la bahía Tateyama, en Japón, ha conocido, durante su etapa
como buceador, multitud de especies marinas, una de ellas es Yoriko, un pez
lábrido asiático del que se hizo amigo hace ya 25 años.
Este buceador japonés tiene una amistad con un
pez lábrido desde hace 25 años. Aunque parezca una broma, el pez reconoce al
hombre cada vez que éste le visita. Y es que un reciente estudio
científico llevado a cabo por la Universidad de Oxford, ha demostrado que
los peces pueden reconocer rostros humanos.
Uno de los días que Arakawa bajó al
fondo del mar, se le grabó un vídeo donde se le podía ver saludando al pez con
un beso. Las imágenes dieron la vuelta al mundo en pocos minutos.
Los animales pueden convertirse en
grandes amigos de los humanos, pero también cultivan relaciones de amistad
entre ellos.
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