miércoles, 18 de diciembre de 2024

NATURALEZA SABIA: Perros de Chernóbil adquirieron un «superpoder» para sobrevivir al peor desastre nuclear de la historia.

**Los perros de Chernobyl y su sorprendente adaptación genética.

En las tierras abandonadas que rodean el sitio del desastre nuclear de Chernobyl, ocurre algo inesperado. En medio de edificios en ruinas y niveles de radiación persistente, los perros de Chernobyl no solo sobreviven, sino que prosperan.



Estas comunidades caninas ofrecen a los científicos una visión única sobre cómo la vida se adapta en uno de los entornos más hostiles del planeta.

¿Dónde está Chernobyl y qué ocurrió?

El desastre de Chernobyl tuvo lugar el 26 de abril de 1986 en Ucrania, cuando el Reactor 4 de la central nuclear explotó durante una prueba nocturna de seguridad. La combinación de errores de diseño, fallos humanos y comunicación deficiente desencadenó una explosión que liberó toneladas de material radiactivo a la atmósfera.



Las consecuencias fueron devastadoras. En las primeras horas, niveles extremadamente altos de radiación provocaron la muerte de plantas y la desaparición de ecosistemas cercanos. La zona fue declarada inhabitable y aún hoy existe la Zona de Exclusión de Chernobyl, donde el ser humano está prácticamente ausente.

La Zona de Exclusión: refugio accidental para la naturaleza



Paradójicamente, la ausencia de actividad humana permitió que la naturaleza reclamara el área. La “Zona de Exclusión” se ha convertido en un refugio inesperado para la vida silvestre. Especies como lobos, osos, caballos de Przewalski e incluso los perros de Chernobyl han encontrado en este territorio un lugar para sobrevivir y adaptarse.

A pesar de la radiación persistente, la reducción de amenazas como la caza, la agricultura intensiva y el desarrollo urbano ha permitido que diversas especies florezcan. Este fenómeno desafía nuestras percepciones sobre los límites de la adaptación biológica en un ambiente contaminado.

Los perros de Chernobyl: supervivencia en un entorno extremo



Después de la evacuación forzada en 1986, muchos residentes dejaron atrás a sus mascotas, incluidos innumerables perros. Décadas después, estos animales se han convertido en descendientes resilientes que deambulan por la Zona de Exclusión.

Adaptarse a este entorno no ha sido fácil. Los perros de Chernobyl enfrentan inviernos extremos, escasez de alimentos y radiación persistente. Muchos han logrado sobrevivir gracias a los restos de comida dejados por trabajadores y científicos que aún operan en la zona.

Algunos perros han desarrollado vínculos notables con los humanos, mientras que otros forman manadas para protegerse. Organizaciones internacionales han intervenido con programas de vacunación, atención médica e iniciativas de adopción, buscando dar una nueva oportunidad a estos perros fuera de la zona contaminada. Claves genéticas en un paisaje tóxico

Por primera vez, científicos han analizado la composición genética de los perros que habitan cerca de la central nuclear. Estudios recientes revelaron diferencias significativas entre dos grupos: uno que vive cerca de los reactores y otro a unos 16 kilómetros en la ciudad de Chernobyl.

El equipo de investigación identificó 391 regiones únicas en el ADN de estos perros, especialmente vinculadas a genes que podrían estar relacionados con la reparación genética después de la exposición a la radiación. Esto sugiere que la vida en un entorno tan extremo podría haber estimulado una rápida evolución genética en respuesta a las amenazas ambientales.

Como explicó el investigador Dr. Matthew Breen, el estudio plantea preguntas cruciales: ¿Estas alteraciones genéticas son adaptaciones específicas o simplemente cambios aleatorios (deriva genética)? Resolver esta incógnita permitirá entender cómo organismos, incluyendo los humanos, podrían enfrentar ambientes extremos y tóxicos.

Implicaciones para la salud humana y ambiental

Los perros de Chernobyl son considerados una especie centinela, lo que significa que su estado de salud y adaptaciones genéticas pueden ofrecer pistas valiosas sobre los efectos de la radiación y otros contaminantes en seres vivos, incluidos los humanos.

Además de la radiación, la zona está contaminada con metales tóxicos, pesticidas y otros compuestos orgánicos liberados durante décadas de limpieza y abandono. Según el Dr. Norman J. Kleiman, comprender cómo estas exposiciones afectan a los perros ayudará a prevenir riesgos para la salud humana y mejorar las estrategias de mitigación en casos similares.

 

  

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